Ataque rebelde al Estado Mayor sirio

La oposición armada siria volvió a demostrar su capacidad para golpear en el corazón de Damasco. El Ejército Sirio Libre (ESL) reivindicó el ataque contra la sede del Estado Mayor del Ejército, en plena plaza de los Omeyas, la acción de mayor envergadura que lleva a cabo la oposición armada en la capital desde el 18 de julio. Entonces lograron acabar de un solo golpe con la cúpula de seguridad del régimen, incluido el cuñado de Bashar el-Asad y número dos del régimen, el comandante Assef Shaukat; ayer mataron al menos a cuatro personas e hirieron a otras catorce en uno de los lugares que parecían mejor custodiados del país.

Los medios oficiales ofrecieron las imágenes de las cámaras de seguridad en las que se ve un minibús que se detiene cerca del recinto y explota; instantes después se produce una segunda explosión en el interior. «Luego se vivieron casi cinco horas de tiroteos ya que parece que algunos terroristas lograron penetrar en el lugar, pero finalmente las fuerzas de seguridad lograron controlar la situación», informaron los testigos, que vivieron una mañana de tensión ante la incertidumbre generada por un ataque a un lugar tan sensible. Un gran hongo de humo se elevaba al cielo justo frente a la montaña donde se alza el palacio presidencial, testigo de excepción de esta nueva acción suicida.

La acción suicida se produjo pocas horas después de que el emir de Catar, Hamad bin Jalifa al-Thani, uno de los principales respaldos de la oposición armada, empleara su declaración ante la Asamblea General de la ONU para hacer un llamamiento a la intervención militar liderada por los países árabes para acabar con el régimen de Bashar el-Asad. Esta es también la primera gran operación desde que el ESL decidió trasladar su cuartel general desde Turquía al norte de Siria.

Cortes de calles

«Nadie puede hacerse una idea de lo que puede ocurrir ahora», señalaron expertos europeos en seguridad residentes en la capital siria, que el lunes sufrió otro atentado contra una de las sedes de los órganos de inteligencia. La dificultad para imponerse en la lucha de guerrillas ha llevado al ESL a emplear atentados suicidas como técnica para poder golpear en el interior de la capital y esto ha provocado la progresiva fortificación de los edificios oficiales, el corte de calles y el establecimiento de numerosos puestos de control.

Damasco se viste poco a poco del peor Bagdad de la posguerra y «ya hemos aprendido a distinguir el sonido de las explosiones, sabemos distinguir un coche bomba del resto», aseguran vecinos de la capital.