Miles de manifestantes se concentraron ayer en las inmediaciones del Congreso, pero sin los incidentes ni los enfrentamientos con la Policía del martes. :: DOMINIQUE FAGET / AFP
ESPAÑA

Miles de personas desafían la prohibición y vuelven a protestar ante el Congreso

Los manifestantes, esta vez sin bronca, reclamaron de nuevo una asamblea constituyente y disolver las Cortes

MADRID. Actualizado: Guardar
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Fueron de nuevo miles de personas. Probablemente más de 10.000 las que se congregaron ayer en la plaza de Neptuno, a escasos 200 metros del Congreso de los Diputados, para exigir la disolución de las Cortes y una nueva asamblea constituyente.

A pesar de que la convocatoria no fue ni comunicada ni autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid, la multitudinaria concentración, mayor aún que la del martes que acabó en incidentes, fue pacífica, al menos hasta el cierre de esta edición.

No estaba previsto volver a 'Rodear el Congreso', pero las redes sociales se encargaron de promover esta nueva convocatoria con el nombre de '26S volvemos'. Ni las cargas policiales ni los graves disturbios del martes ni la velada amenaza de Interior de disolver de nuevo una protesta que consideraba ilegal disuadieron a los millares de asistentes, que desde las 19.00 horas y hasta bien entrada la noche se manifestaron.

La protesta comenzó con una sentada de cientos de personas dando la espalda al Congreso y a la Policía. Como la víspera, había algún grupúsculo violento que insultó al centenar largo de antidisturbios que vigilaban tras las vallas, pero la inmensa mayoría se limitó a gritar las consignas de 'No nos representan' o 'Lo llaman democracia y no lo es' y, sobre todo, reclamando la 'libertad de los detenidos' de la jornada precedente.

La Policía se situó de nuevo tras las vallas, especialmente atenta a cualquier intento de los 'indignados' de sobrepasar ese primer cordón de seguridad, la maniobra que el día anterior había encendido la chispa de los disturbios. Pero ayer no. Desde el principio, varios de los organizadores de la protesta se situaron junto a las vallas para evitar a toda costa que se volvieran a producir intentos de saltar las vallas, y desatar las carreras y las cargas.

Lo que al principio fueron centenares de 'indignados' pasaron a ser miles a partir de las 20,00 horas, obligando a cortar definitivamente el eje Castellana-Paseo del Prado, la principal arteria de Madrid. Quizás ese fue el momento más tenso porque decenas de vehículos quedaron atrapados por la insistencia de la Delegación de Gobierno de mantener esa avenida abierta a toda costa hasta el último momento.

Ambiente festivo

El Ministerio del Interior no quería que una convocatoria ilegal colapsara el tráfico en Madrid, pero decidió no dar la orden de actuar y evitar otra segura batalla campal, ya que en ese momento intentar desalojar la plaza de Neptuno hubiera supuesto varias cargas. Eso sí, varios centenares de antidisturbios rodearon a los congregados, encapsulándolos para evitar el corte de más vías adyacentes.

'Conquistada' la plaza el ambiente se volvió más festivo. Los gritos contra Rajoy, contra los recortes y contra los diputados no amainaron pero los pequeños encontronazos con los antidisturbios tampoco fueron a más. Incluso, buena parte de los congregados cortaron de raíz los intentos de varios radicales de reventar la protesta pacífica lanzando petardos a los antidisturbios que se parapetaban tras las vallas de la carrera de San Jerónimo o que se repartían por las calles aledañas.

La concentración se convirtió en verdaderamente multitudinaria cuando al filo de las nueve de la noche llegó una manifestación de varios miles de personas de los sindicatos CGT y CNT contra los recortes. Los sindicalistas se unieron a la protesta de los 'yayoflautas', 'indignados' y 'okupas' y los ánimos se templaron aún más.

Los grupúsculos de violentos quedaron aún más aislados y apartados entre las banderas rojinegras de los anarquistas y las pancartas con las reclamaciones de los trabajadores.