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MUNDO

La ONU llama al orden al mundo árabe

Obama reclama a los musulmanes más tolerancia y apuesta por la vía negociadora con el Gobierno de Irán

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.Actualizado:

Los líderes de Egipto, Libia, Túnez, Yemen, donde la 'primavera árabe' ha traído nuevos gobiernos, se sentaron ayer por primera vez en el gran órgano de la diplomacia mundial para escuchar las primeras amonestaciones de la ONU y EE UU, que les leyeron la cartilla sobre su papel frente al extremismo musulmán.

Han pasado casi dos años desde que un vendedor de Túnez se inmolase prendiendo fuego a toda la región. El incendio parece haber amainado después de que muchos de estos países estrenen las urnas, pero pasará mucho tiempo hasta que se asiente el polvo. Si el año pasado se celebraba en la ONU una asamblea general sin dictadores como Gadafi y Mubarak, ayer su ausencia dejó paso a gente «demasiado tolerante con la intolerancia», dijo Ban Ki-moon, con líderes que prefieren mirar para otro lado cuando quienes les han elegido queman banderas estadounidenses y asaltan embajadas occidentales, sugirió Obama.

«Estos son tiempos de turbulencias, transición y transformación, pero el tiempo en sí mismo no está de nuestra parte», dijo sombrío el secretario general de la ONU. «Vuestra gente quiere ver resultados en tiempo real, ahora, no en un futuro distante. Naciones Unidas enfrenta el mismo escrutinio. La gente no mira a esta organización para que sea un simple espejo que refleje un mundo dividido. Quiere vuestras ideas, vuestro liderazgo y esperanzas concretas de futuro».

Pero Ban, como Obama, se enfrenta a la pérdida de liderazgo moral que da el no poder practicar lo que se predica. La organización creada en 1945 para velar por la paz del mundo se encuentra dividida en su órgano ejecutivo del Consejo de Seguridad por los intereses particulares de las cinco potencias con derecho a veto. Como consecuencia, año y medio después de que la primavera árabe prendiese en Siria, la represión del Gobierno ha arrastrado más de 20.000 muertos y ha engullido a los países limítrofes hasta convertirse en «una calamidad regional con ramificaciones globales», admitió Ban. Los líderes de Rusia y China, que han impedido la acción del Consejo de Seguridad, no han acudido este año a la 67 Asamblea General de la ONU. Sin embargo, el secretario general prometió al gobierno de Bashar el-Asad que sus crímenes «no quedarán impunes» porque no tienen caducidad en la legislación internacional.

«Si hay una causa contra la que debería protestar, pacíficamente, todo el mundo es contra un régimen que tortura a los niños y lanza cohetes contra edificios de viviendas», dijo Obama. Sus palabras, como las de Ban, tampoco tenían colmillos, porque el presidente estadounidense que presume de haber apoyado las reivindicaciones democráticas del mundo árabe y evitado una masacre en Libia está ahora demasiado preocupado por su reelección como para meter la mano en el avispero sirio.

Eso no impidió que pidiera responsabilidades a los nuevos líderes árabes. Obama condenó el «crudo y repugnante vídeo que desató la indignación en el mundo árabe» pero advirtió que «no basta con poner más guardias en la puerta de una embajada, o hacer una declaración de pésame y esperar a que se pase la indignación». «Si de verdad somos serios con nuestros ideales -dijo- tenemos que hablar honestamente sobre las causas más profundas de la crisis, porque enfrentamos una elección entre las fuerzas que nos separarían y las esperanzas que tenemos en común».

«Falsas esperanzas»

El mandatario les prometió no dictar el resultado de sus transiciones y ofreció ayuda para traer la prosperidad económica, siempre y cuando reconozcan que el extremismo «solo trae a la juventud falsas esperanzas», porque «quemar una bandera estadounidense no dará educación a los niños, ni destrozar un restaurante llenará estómagos vacíos, ni atacar a una embajada creará un sólo empleo».

Para Israel, que en las últimas semanas ha aumentado el redoble de tambores contra Irán, también hubo ofertas y reproches. «Rechazo el lenguaje de deslegitimación y amenazas de potencial acción militar de un estado contra otro», advirtió el secretario general de la ONU, recordando que un ataque unilateral violaría la legislación internacional. Obama también cree que todavía hay tiempo para detener la carrera nuclear de Irán mediante la vía negociadora, aunque advirtió que el tiempo «no es ilimitado». Israel sostiene que en seis meses Irán tendrá capacidad para fabricar una bomba nuclear, algo que el mandatario promete evitar.

Si Obama sigue su propio consejo de destapar las causas profundas que se esconden tras la violencia islámica se encontrará con su apoyo incondicional a Israel y las muchas dictaduras que ha financiado. Y si no lo ve, uno de los nuevos líderes a los que sermoneaba no tendría problema en revelárselo. «Los sucesivos gobiernos estadounidenses han comprado con los impuestos de su gente el odio de los pueblos de esta región», dijo en entrevista con The New York Times'el presidente egipcio Mohamed Morsi. Obama ha rechazado reunirse con él durante esta asamblea, redirigiéndole a su secretaria de Estado Hillary Clinton, a la que Ban sentó ayer junto a Morsi en el almuerzo oficial.