«Todavía hay muchos misterios en el mundo editorial»

Sacar algo bueno de la crisis no es frecuente y sin embargo él sí lo puede decir: "La crisis me empujó a escribir 'Riverside Park'", novela con la que está recibiendo menciones destacadas de la crítica y que conecta con el público por la fuerza vital que transmite . "Al quedarme sin trabajo tuve -sin remedio- mucho tiempo para poder dedicárselo a desarrollar una historia que tenía en mente desde hacía años, y ha sido una de las mejores cosas que he hecho en mi vida".

Javier Moronatti de Mendizabal fue uno más de los afectados por un ERE en su empresa, prueba de que, "del peor momento puede salir un proyecto bonito", apunta el joven escritor de origen vasco. El libro, editado por Ciudadela, cuenta una historia "sobre la mera alegría de vivir", a través de las peripecias de un adolescente al que sus padres envían a Inglaterra a aprender el idioma.

PREGUNTA: Primer libro publicado y ya cuenta con reconocimientos. Esto es llegar y besar el santo.

RESPUESTA: Que la inspiración te pille trabajando, como dijo Picasso. El libro es fruto de seis meses solo, muy concentrado, en paz conmigo mismo y con mucho orden. Pero la realidad es que yo no tenía tantas expectativas. La aceptación que está recibiendo es un sueño y, desde luego, de las cosas más felices de mi vida.

P:¿Sería un sueño que 'Riverside Park' se convirtiera en un 'best seller'

R:Conseguir vivir de la literatura es un sueño para cualquier escritor. Ese es el verdadero premio. Pero si me preguntas por la receta para dar con un 'best seller', diré que hay ciertas teclas del mercado editorial que se les escapan hasta a los más experimentados libreros.

Afortunadamente, todavía hay ciertos misterios en el mercado; no siempre el libro que más publicidad tiene es el que más engancha al público. No siempre el éxito va definido por la promoción, aunque ésta evidentemente ayuda.

P:Todas las críticas inciden en el optimismo de 'Riverside Park' ¿Lectura de autoayuda?

R: No, lo que pasa es que destila un optimismo muy profundo, algo que, en un momento de crisis, le gusta al lector. Está basado en el hecho de que estar vivo cada día es prácticamente un premio; en la felicidad de las pequeñas cosas reflejada por la juventud y los buenos momentos. Las ganas de vivir que transmite el libro son muchas y su lectura lleva a una reflexión sobre la mera alegría de vivir. La novela recorre buenos ratos de la adolescencia, el carpe diem, la amistad, el deseo y el amor.

P:¿Con qué cree que engancha al lector en su libro?

R: Me marqué el objetivo de evitar ser pesado, de no aburri al lector con disquisiciones y razonamientos complejos y profundos que en muchas ocasiones no llevan a nada. Quería evitar, en definitiva, escribir el clásico libro tostón. La obra tiene un ritmo narrativo sencillo, se lee fácil, a pesar de que a veces lleva a reflexionar conceptos complejos como el carpe diem. Sus páginas recuerdan que los momentos no vuelven y anima al lector a no perder la curiosidad de la adolescencia ni tampoco las ganas de experimentar, lo que en la edad adulta se suele dejar de hacer por temor a la inestabilidad.

P: ¿Con qué cara le gusta pensar que pasan sus lectores la última página?

R: Con una sonrisa y con la sensación de haber recreado momentos felices. Por lo que me cuentan, los lectores pasan un buen rato con las aventuras de Iván, el protagonista, que por primera vez se encontrará fuera del control paterno, en Inglaterra, donde vive nuevas experiencias y sus primeras alegrías y decepciones. Al leerlo se regresa a los buenos momentos de la adolescencia y a esa sensación de no tener miedo.

P: ¿Demoniza usted la tele?

R: Demonizo verla por inercia, sin criterio ni selección de contenidos; pero estoy a favor de ver televisión haciendo una selección de los programas que a uno le interesan y, por supuesto, de combinarlo con la lectura. Da miedo el consumo medio de horas frente al televisor. Los índices de lectura indican que una parte importante de la población no está interesada en absoluto por las letras. Por otra parte, es cierto que los que leen, cada vez lo hacen más. El escritor debe intentar que el joven cada vez se vaya enganchando más.