El Madrid gana sin brillo en Vallecas
Los de ‘Mou’ fabricaron más ocasiones que fútbol y ganaron fácil a un Rayo deshilachado
MADRID Actualizado: GuardarSin brillo pero con oficio, una actitud irreprochable y mejor adaptación a la ‘caja de cerillas’ de Vallecas que un Rayo sin chispa, el Madrid logró con toda justicia su segunda victoria en esta Liga. Para ganar fácil, no necesitaron los de Mourinho elaborar más que un rival con buenas intenciones y malas ejecuciones. Con superar el centro del campo en transiciones rápidas, al campeón le sobraba para reducir a un equipo franjirrojo que trata de jugar bien y de achicar espacios pero apenas presiona, es blandito y sale de la cueva a destiempo. Benzema, tras un contragolpe maravilloso, y Cristiano, después de un penalti tan claro como absurdo por mano de Amat, pusieron nombre a una victoria indiscutible. El Madrid comienza a ver la luz tras un apagón que aún le mantiene a ocho puntos del Barça.
Salvo los enormes y apetitosos bocatas que los aficionados devoraban al descanso, todo era extraño en Vallecas. El día, la hora, los prolegómenos y el desarrollo del juego, con más ocasiones, idas y venidas, que control de la situación. Hasta Cristiano envió al poste un remate a portería vacía de los que no suele perdonar. Quedó en anécdota porque entonces el duelo ya estaba resuelto. Pepe, casi siempre alocado y desmedido en sus entradas, fue golpeado de forma alevosa en el rostro. Recibió el taco de Lass en una acción en la que solo el jugador del Rayo sabe si tuvo intención o no. Y Xabi Alonso se empleó tanto en defensa que hizo un placaje propio de rugby.
Hubo interés a lo largo de todo el día para saber si la policía científica encontraba pistas fiables sobre los autores del sabotaje y conocer los focos iluminarían a tiempo, pero llegó la hora del choque y el ambiente era frío y desangelado. Se escuchaban más los gritos de los protagonistas que los ánimos de una hinchada con merecida fama de ruidosa. Los ‘Bukaneros’, sospechosos del apagón, solo se hicieron notar en la segunda mitad.
Casillas supera a Santillana
Ni Paco Jémez, que ya había anunciado defensa de cuatro y no de tres, ni Mourinho, tranquilo desde que cruzó el campo para dirigirse al banquillo, se guardaron ases en la manga. El reglamento les permitía hacer cambios sobre las alineaciones ofrecidas el domingo, pero realizarlos hubiera sido una jugada de trileros. Sergio Ramos compareció entre los titulares tras cumplir el ‘castigo’ -diga ‘Mou’ lo que quiera- ante el Manchester City. Essien ejerció de pivote en lugar de Khedira, lo que apenas cambia el panorama, y Benzema fue titular en detrimento de Higuaín.
El francés aportó buenos movimientos, algún control de gran clase y el gol que abrió el partido tras una contra de manual. El Rayo se replegó de forma lastimosa, con lentitud, desorden y descolocación, pero los de azul -el domingo calentaron de verde- lo bordaron. Gran taconazo de Marcelo, buen pase de Cristiano, movimiento y pase perfecto de Di María y definición sencilla de Benzema porque supo llegar en el espacio y momento justos. Fruto más de los errores de los franjirrojos, desacompasados en la zaga, el Madrid dio la sensación de poder golear desde el primer minuto, cuando Pepe dispuso de un cabezazo franco que salvó el guardameta. Cada robo de balón se traducía en una ocasión de gol que solía salvar Rubén, el exportero del Málaga.
Salió el grande con más intensidad que el pequeño. Un hecho extraño pero demostrativo de que aún surten efecto las arengas de Mourinho para evitar que sus jugadores se acomoden. Más faltas y tarjetas en el primer tiempo para los de Concha Espina que para los de Payaso Fofó. Sintomático. Solo una vez los de Paco rondaron el empate, aunque fue por partida triple. Casillas salvó un cabezazo de Delibasic y, en la acción posterior, Xabi Alonso evitó el gol sobre la raya. En el tercer remate consecutivo, el atacante golpeó en semifallo. Y en la reanudación, apenas asustaron en una mala cesión de Arbeloa a Iker que no supo controlar Delibasic. Estuvieron vivos hasta ese penalti que transformó Cristiano. Puntuar hubiera sido milagroso. La goleada estuvo mucho más cerca en el día en que Casillas firmó su partido 462, superó a Santillana y se convirtió en el tercer madridista con más partidos, tras Raúl y Sanchís.