LA CANTERA

Ahora, que las derrotas comienzan a avivar el debate sobre la catadura y el verdadero planteamiento de los nuevos dueños del Cádiz, resulta que el prometedor inicio del Cádiz B -normalmente preocupante- ha situado a la joya de la cantera amarilla en los primeros puestos de la clasificación. En ambos casos, los juicios resultan prematuros aunque continúo insistiendo en mis sensaciones de que los actuales máximos accionistas no saben muy bien donde han aterrizado o lo que se están jugando en una plaza tan difícl como ésta. Por lo que respecta al equipo canterano, hemos llegado a un punto de desazón con el presente del club que se nos ha olvidado que es en el fútbol base donde está siempre la solución de los problemas deportivos e institucionales de una entidad como el Cádiz. Cierto es que las prisas por volver a Segunda A acaban siendo un elemento perjudicial para un desarrollo sostenible e ilusionante de las secciones inferiores del club. La lista de profesionales que se han estrellado con la cruda realidad en las últimas temporadas es interminable y da la impresión de que todos los que vienen o se han ido de aquí han terminado por pasar olímpicamente de la cantera. Ahí ha estado el principio del fin de muchos proyectos que, como el de ahora, es llamativo, internacional y hasta cierto un tanto enigmático. Si estos señores han venido por un tema exclusivamente crematístico se equivocan de norte a sur, pero si tienen las suficientse agallas de coger el toro de la cantera por los cuernos y hacer de ella lo que siempre tuvo que ser, la raíz de todos los éxitos cadistas, habrán recorrido buena parte del camino mucho antes de lo previsto. Así que esperemos a que el humo y los relojes nos dejen ver sus verdaderas intenciones y que, por el bien del Cádiz CF SAD, los más jóvenes cadistas sean los que a la postre salgan beneficiados. Su éxito será también el de su club.