Beso protocolario de Angela Merkel y François Hollande en los actos del 50º aniversario del discurso del general De Gaulle. :: REUTERS
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La supervisión bancaria enfría la fiesta de la amistad francoalemana

Angela Merkel y François Hollande conmemoran los 50 años del histórico discurso de De Gaulle a la juventud germana

LUDWISBURG. Actualizado: Guardar
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La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, reafirmaron ayer sus divisiones en materia de supervisión bancaria en la Unión Europea, pese a las grandes declaraciones sobre la fortaleza de la amistad francogermana que ambos líderes realizaron durante la jornada. «Cuanto antes, mejor», lanzó el presidente francés en una conferencia de prensa común en Asperg (suroeste de Alemania). «Es necesario ser serios, es necesaria la calidad y luego veremos el tiempo que toma», respondió la canciller alemana.

París quiere que los europeos se doten de un mecanismo a partir de enero de 2013 pero Alemania tiene menos prisa. La cuestión consiste en saber «cómo hacer para tomar en cuenta el mayor número de establecimientos (bancarios) posibles», añadió Hollande tras un almuerzo de trabajo con Merkel en Ludwigsburg, cerca de Asperg, donde celebró el 50º aniversario del histórico discurso del general De Gaulle a la juventud alemana.

Al igual que la Comisión Europea, París quiere otorgar al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de 6.000 bancos de la zona euro, mientras que Berlín prefiere limitar esta tarea a los establecimientos más importantes. «Para mí, lo importante es la calidad. No sirve de nada hacer algo muy rápidamente y que no funcione», se justificó Merkel. «Debemos también pedir a nuestros ministros de Finanzas que trabajen rápidamente», precisó.

Sobre el otro asunto espinoso del día, el proyecto de fusión de los grupos aeronáuticos y de defensa europeos EADS y británico BAE para crear el número uno mundial del sector, los dos dirigentes fueron mucho más esquivos. «No hemos tomado una decisión, sabemos que debemos dar en un futuro próximo una respuesta a las empresas. Las conversaciones eran buenas y amistosas. Pero los detalles no deben debatirse en público, en particular en lo referente al empleo», dijo Merkel.

Según la reglamentación bursátil británica, los industriales tienen hasta el 10 de octubre para concluir su acercamiento o abandonarlo.

Los dos dirigentes habían anteriormente exaltado, cada uno en el idioma de su aliado, la amistad francoalemana ante miles de personas en el patio del castillo de Ludwigsburgo. «¡Viva la juventud francoalemana, viva la juventud europea!», dijo en francés la canciller alemana, tras un discurso pronunciado en alemán. Hollande se dirigió a su vez en alemán a la juventud al finalizar su discurso pronunciado en francés: «Su papel es hacer realidad un sueño europeo y darle un futuro. ¡Viva la amistad francoalemana!», dijo.

«Nosotros, europeos, estamos unidos para nuestro regocijo», repitió dos veces la canciller, aplaudida por el público. También recordó que, en la época del discurso del general francés Charles de Gaulle, tenía ocho años y vivía en la República Democrática Alemana, la RDA, del otro lado del telón de acero, un año después de la construcción del muro. «Entonces, era inimaginable pensar en estar aquí», dijo Merkel. «La respuesta a la crisis tiene un solo nombre: Europa, es Europa la que vencerá la crisis», agregó el presidente francés.