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¿Se atrevería a echar una siesta con esto en la cabeza?
Unos diseñadores británicos crean la 'Ostrich pillow', una extravagante almohada-casco para dormir en cualquier sitio
MADRID Actualizado: GuardarAtención: absténganse sensibles al ridículo. Quizá haya quienes piensen que los de Kawamura-Ganjavian, un estudio de diseño londinense con más de 20 años de experiencia, son como mínimos unos guasones, pero lo cierto es que ellos se toman muy en serio su último invento, la ‘Ostrich pillow’, una almohada para echarse una siestecita en cualquier sitio con la que es difícil pasar desapercibido. Con un diseño a medio camino entre escafandra mullidita y cabeza extraterrestre, los diseñadores andan buscando financiación para que su producto esté en el mercado el 12 de diciembre. De momento, y en apenas dos días, llevan recaudados 24.000 de los 70.000 dólares que necesitan en Kickstarter.com, una de las plataformas más potentes de captación de inversión para proyectos creativos sin presupuesto y que funciona a través donaciones.
El estudio de diseño asegura dedicarse a observar y comprender las necesidades humanas contemporáneas y de ahí a la siesta y al cojín tan solo hubo un paso. “Creemos que el sueño es una de las necesidades más básicas (…). A medida que pasamos más y más tiempo en el trabajo o frente al ordenador, pensamos en por qué no crear un artilugio que ayudara a desconectar y dormir por periodos cortos de tiempo”, explican los creadores en el plan de proyecto. Tras lanzar la idea, se sintieron abrumados por las reacciones positivas. “Descubrimos que miles de personas de todo el mundo compartían nuestra necesidad de echarse una siesta y nosotros solo hemos compartido nuestro sueño”.
Suave en su interior y, muy importante, lavable a máquina, la almohada, que sale por 60 dólares (46 euros), cuenta con un hueco frontal para respirar y otros dos laterales para meter las manos. Sus creadores aseguran haber trabajado un año en el prototipo, durante el que han dado con las dimensiones perfectas (está pensada para cabezas de 70 centímetros o menos de perímetro) y con los materiales para hacer la experiencia inolvidable.
En una infinidad de lugares
Y como no todo es trabajo de laboratorio, también la probaron en los lugares más diversos: aeropuertos, trenes, aviones, librerías e incluso en el suelo. Desde la web, animan a los internautas a llevarse la ‘Ostrich pillow’ a la playa o, por qué no, a esquiar. “Mandadnos fotos. Nos encantará saber de vuestras ‘siestas ostra’”.
Aunque el proyecto es real, los diseñadores no pueden evitar un cierto tono de sorna: “En serio, ¿puedo usar la ‘Ostrich pillow’ en cualquier sitio?”, plantean como pregunta frecuente que ellos mismos se apresuran a contestar: “Solo tienes que elegir un lugar y colocártela”. Incluso sugieren las excusas que soltar al jefe si te pillan con tal engendro enfundado en la cabeza y no se muere antes del susto. A saber: ”Dile que en realidad estás trabajando para ser más eficiente a través de la siesta y después deja caer algunos datos: Aquellos que duermen la siesta al menos tres veces a la semana tienen un 37% menos de riesgo de ataques al corazón o que estudios de la NASA han probado que las funciones cerebrales mejoran cuando se echa una siesta”. Recursos y algo de cara no les faltan.