Las instituciones como fichas de dominó

Es posible que a fuerza de oír a diario mensajes apocalípticos, los ciudadanos empiecen a estar inmunizados, a considerarlos parte de un lamento constante en el que cuesta encontrar las urgencias verdaderas. Pero cualquiera con algo de sensibilidad social y sentido de la comunidad debe recibir con verdadero desasosiego los mensajes lanzados ayer por dos instituciones que son pilares de la sociedad. Por un lado, la Universidad de Cádiz admitió que su falta de recursos económicos le lleva a cancelar programas en serie. Muchas de esas actividades eran punta de lanza en la excelencia académica o la oportunidad profesional para muchos de los que contribuyen al crecimiento de la, no se olvide, primera institución educativa de la provincia. En esa voz de alarma, ni siquiera se menciona que el Ceimar, presentado con la gran oportunidad de crecimiento de la UCA, ha quedado aparcado en el cajón del olvido.

Por otro lado, la Justicia, a través de los jueces y fiscales ha lanzado su enésimo aviso de socorro. Las reformas no llegan, los presupuestos son cada vez más cortos y el atraso crónico que arrastraba se ha convertido, según la decana, en colapso casi absoluto. Los propios profesionales admiten que son incapaces de ofrecer un servicio mínimamente digno a los ciudadanos.

Si se suman los dos mensajes, resulta que la maquinaria institucional ve caer bloques fundamentales como si fueran fichas de dominó. Pese a las dificultades financieras que nadie niega, parece que ha llegado el momento de replantearse las prioridades para saber qué destino preferente hay que otorgar a los menguantes fondos de la administración pública.