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La ira musulmana se enquista en Pakistán
El 'Día de amor a Mahoma' deja 14 muertos en el país, mientras la calma se extiende por el resto del mundo árabe
Actualizado: GuardarEl 'Día de amor a Mahoma' se convirtió en un nuevo 'viernes de la ira' en Pakistán. Al menos catorce personas murieron ayer en el país durante las enésimas protestas contra la polémica película 'La inocencia de los musulmanes', que ridiculiza la figura del profeta Mahoma. El Gobierno había convocado marchas «pacíficas» en las principales ciudades del país y no querían que se repitiesen los incidentes de las últimas semanas, pero los miles de manifestantes que salieron a la calle no respondieron de la forma deseada.
Mientras los enfrentamientos brillaron prácticamente por su ausencia en el resto del mundo árabe, en Pakistán el descontrol fue en aumento a lo largo del día. Los choques entre las fuerzas de seguridad y los radicales se extendieron rápidamente por el país. Karachi (la capital financiera) fue el principal escenario de los incidentes y al menos doce personas -entre ellas dos agentes de la autoridad- perdieron la vida. Mientras, en Peshawar (localidad cercana a la frontera con Afganistán), un manifestante y un operario de la cadena de televisión local -que fue alcanzado por un disparo de origen incierto- fallecieron.
Ya que las legaciones estaban bien protegidas, los violentos se dirigieron a las zonas más comerciales de Karachi y Peshawar. Seis salas de cine, dos bancos y numerosas tiendas fueron incendiadas, los participantes en las marchas también arremetieron contra los vehículos de la Policía, muchos de los cuales acabaron ardiendo.
Desde primera hora de la mañana, la capital paquistaní, Islamabad, estaba tomada por la Policía con el objetivo de evitar que se repitiesen los incidentes que agitaron hace una semana el mundo musulmán. Las medidas de seguridad habían aumentado aún más después de que, el jueves, un grupo de manifestantes tratase de asaltar el barrio de las embajadas. Para evitar cualquier altercado, testigos presenciales relataron que, tras el habitual rezo de los viernes, los agentes lanzaron «cientos de botes lacrimógenos» para hacer imposible que los manifestantes se acercasen a la zona y, por si acaso, el Ejército desplegó a su fuerza de élite.
A la ira musulmana por el polémico vídeo, en Pakistán se le suma un creciente sentimiento antiestadounidense. Los numerosos errores en los bombardeos de los 'drones' norteamericanos (aviones no tripulados) -que en numerosas ocasiones han matado a inocentes paquistaníes y no a talibanes afganos, su objetivo real, en la frontera entre los dos países- han provocado que el odio a todo lo norteamericano haya aumentado de forma significativa en los últimos tiempos.
Ayer, en vez de apagar el fuego que incendiaba las calles, el Ministerio de Asuntos Exteriores paquistaní llamó a consultas al embajador de Estados Unidos, Richard Hoagland, para transmitirle de nuevo su malestar por la película. Las autoridades locales le exigieron que tome medidas de forma inmediata para eliminar «el vídeo sacrílego» del portal YouTube e inicie acciones contra su autor. De momento, esta posibilidad parece lejana. Un juez de la Corte Superior de Los Ángeles rechazó la petición de Cindy Lee García, una de las actrices del filme, que asegura haber recibido numerosas amenazas de muerte tras su difusión en Internet.
En honor de Chris Stevens
En Libia, se mascó la tensión durante horas. La multitudinaria marcha pacífica 'Salvad Bengasi' -convocada en honor del difunto embajador de EE UU, Chris Stevens- coincidió con una protesta de Ansar al-Sharia, el grupo radical acusado de haber perpetrado el ataque contra la legación, en la principal plaza de la ciudad. La primera marcha clamaba contra la proliferación de armas y la presencia de milicias armadas, y a favor de la reactivación de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Pero además de la ya famosa película, las caricaturas del Profeta en la revista satírica francesa 'Charlie Hebdo' han aumentado la tensión en el mundo musulmán. Por eso, ayer, el Gobierno galo clausuró sus embajadas, consulados, centro culturales y educativos en los países islamistas. La tranquilidad fue la tónica predominante, algo en lo que cooperó el Consejo Musulmán Francés (CFCM), que llamó a la calma a todos sus correligionarios, pese a los recientes «actos de agresión» contra el Islam.