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Mas juega con la amenaza de una declaración unilateral de independencia
El Gobierno mantiene su oferta de renovar en esta legislatura el sistema de financiación pese al rechazo catalán
BARCELONA/ MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno de Mariano Rajoy se esmera en mantener la calma. La Generalitat aprieta en su pulso. Apenas 24 horas después de que que Artur Mas abandonara el palacio de la Moncloa con un rechazo inequívoco a su propuesta de pacto fiscal, el portavoz de su Ejecutivo, Francesc Homs, se atrevió a pintar escenarios futuros y dejó en el aire la amenaza de un adelanto electoral -que ya se da por seguro- y de la posterior proclamación de un Estado de Cataluña por parte del Parlamento autonómico.
El Ejecutivo se niega por el momento a dar carta de naturaleza a un escenario que de momento es pura ficción. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría evitó en varias ocasiones especificar cuáles son los resortes de que dispone el Estado para hacer frente a un reto de semejante calibre y ayer se limitó a repetir, en su habitual comparecencia tras el Consejo de Ministros, que llegado el caso el Gobierno «hará lo que tenga que hacer, que es cumplir y hacer cumplir la ley». Pero, en todo caso, subrayó que jurídicamente la cámara catalana no tiene potestad para declarar unilateralmente la independencia. «El único titular sería la totalidad del pueblo español a través de una reforma agravada de la Constitución», apuntó.
Eso fue todo. El objetivo del día era rebajar la tensión y trasladar el mensaje de que la situación es reconducible. Y para ello, la mano derecha de Rajoy reiteró punto por punto los argumentos supuestamente empleados por el jefe del Ejecutivo en su entrevista con Mas; argumentos que, claramente, cayeron en saco roto. «Son momentos difíciles y la inestabilidad política añade crisis a la crisis», reiteró una vez más en un llamamiento a la «responsabilidad».
A pesar del desdén con el que Mas recibió la contraoferta en la víspera, el Gobierno apuesta ahora por mantener viva la opción de revisar el sistema de financiación de las comunidades autónomas, vigente sólo desde el 1 de enero de 2009, en esta legislatura. Sáenz de Santamaría alegó que son muchas las comunidades que consideran que el actual modelo -pactado entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y la Generalitat de José Montilla tras años de negociaciones- «no es el mejor» y conminó a discutirlo. Lo cierto es que la propia ley que regula ese sistema -y de la que están excluidos el País Vasco y Navarra- recoge la obligación de hacer una evaluación de sus resultados en 2013. Es decir, que lo que ofrece el Gobierno no va mucho más allá de lo acordado en su día por el Consejo de Política Fiscal Financiera, con la salvedad de que abre la puerta a iniciar ya el diálogo en la Conferencia de Presidentes prevista para el 2 de octubre.
Solución indefinida
¿Y en qué dirección estaría dispuesto a avanzar? Eso es lo que aún no concreta. La principal queja de Cataluña siempre fue que aporta más de lo que recibe o, dicho de otro modo, que su nivel de renta per cápita antes de contribuir a los mecanismos de solidaridad está por encima de la media y, después, queda claramente por debajo; algo que también sucede con Madrid y Baleares. Sáenz de Santamaría eludió aclarar si el Gobierno estaría dispuesto a reducir esa brecha. Pero, en cualquier caso, Mas ya dejó claro que cualquier solución que signifique seguir dentro del régimen común y no contar con una hacienda propia no es discutible.
El cariz que está tomando en Cataluña el debate, además, deja la propuesta del Ejecutivo en calderilla. Mas afirmó el jueves que abriría una reflexión tranquila y que esperaría al debate de política general que el Parlament celebra entre el martes y el jueves que viene para tomar una decisión -se especula con la posibilidad de unos comicios anticipados el 25 de noviembre o el 2 de diciembre. Pero el portavoz de la Generalitat dio pábulo a todo tipo de escenarios, incluso a los más radicales-.
«El camino está claro. Esto no tiene retorno», dijo Homs en una entrevista en la radio catalana RAC1. ¿Habrá referéndum de autodeterminación en los próximos cuatro años?, le plantearon «Es una posibilidad», replicó, dejando la puerta abierta a una segunda vía independentista, a través del Parlament. «¿Una declaración de Estado propio?», le preguntaron. «Por ejemplo», remató. El tono fue parco y deliberadamente ambiguo, pero, al fin y al cabo, en sintonía con la afirmación de Mas de que Cataluña ha emprendido una etapa nueva y «todo es posible».
Lo que está por ver es si las opciones que propuso Homs ligan con la declaración del presidente catalán de que en ningún caso Cataluña optaría por el camino de la ruptura o si son más propias del clima preelectoral que vive Cataluña. Dejarse llevar por el clamor popular de la Diada es fácil y de aquí a las elecciones se producirá una escalada dialéctica entre las formaciones soberanistas, que buscarán capitalizar el aumento del sentimiento independentista.
CiU, que está engrasando la maquinaria electoral, aún no ha decidido si concurrirá con un programa abiertamente soberanista, lo que podría abrir un frente de conflicto entre una parte de Unió y Convergència. En cualquier caso, su jefe de filas en la cámara legislativa, Oriol Pujol desveló que están dándole vueltas al papel que deben jugar conceptos como el Estado propio o el referéndum.