La armónica sensualidad de Imogen Cunningham
Siete intensas décadas de actividad de la pionera de la fotografía moderna resumidas en doscientas imágenes
MADRIDActualizado:Sólo la muerte cegó la curiosa y rica mirada de Imogen Cunningham (Portland, 1883 - San Francisco1976). Tenía 92 años y ultimaba la serie 'La vida después de los noventa'. La indesmayable e innovadora fotógrafa llevaba siete décadas escudriñando y fijando la realidad a través del visor de su cámara. Fue una pionera capaz de reflejar con el mismo talento la armónica sensualidad de los cuerpos desnudos, las plantas y los paisajes. Lo mejor de su apasionada aventura visual puede disfrutarse ahora en la excepcional muestra que le dedica la Fundación Mapfre, la mayor retrospectiva hasta la fecha de la influyente fotógrafa estadounidense y en la que colabora La Fábrica.
La de Cunningham fue una de las miradas más sensuales y características del siglo XX, y por ello imitada hasta la saciedad. En especial por unos publicistas que trataron de reproducir el sutil y genuino erotismo que destilan las instantáneas de Cunningham, capaz de seducir e innovar con los desnudos, con los retratos de seres anónimos 'cazados' en la calle y con los de grandes personajes del siglo que le tocó vivir.
Vital y autodidacta, veló sus primeras armas con la cámara y el curso que compró por correo en 1906. Se hizo con los rudimentos del oficio en el campus de la universidad de Seattle, dando muestras de osadía. Se autorretrató desnuda sobre la hierba, una de sus imágenes más conocidas pero insólita para la época. Como sus encuadres y atrevidas composiciones en las que la aparente sencillez se impone a la complejidad conceptual.
El trabajo de Cunningham se muestra según el criterio de Celina Lunsford, comisaria independiente que recorre la trayectoria vital y creativa de la fotógrafa a través de 200 instantáneas, muchas de ellas inéditas. Una selección que evidencia la inmensa curiosidad de una mirada que "definió el modernismo, abierta siempre a la experimentación y la innovación", según Lunsford. Organizada por temas, incluye paisajes, retratos, naturaleza, arquitectura e instalaciones industriales.
Robadas
Los retratos de apariencia más convencional contrastan con composiciones abstractas de corte cubista y sus escenas callejeas. Un aparatado en el que destaca la habilidad de Cunningham para mirar sin ser vista y congelar instantes cotidianos como Cartier-Bresson. Son sus "fotos robadas" una serie que enriqueció durante décadas y que es los más conocido de su obra, junto a los retratos para Vanity Fair. Una galería con los bailarines Martha Graham y José Limón, los actores Cary Grant, Spencer Tracy y Joan Blondel, o el presidente de Estados Unidos Herbert Hoover.
Lo más llamativo de la exposición son las fotos que nunca vistas antes, "auténticas joyas" según la comisaria, que las ha rescatado archivos y colecciones privadas. Piezas como 'El bosque más allá del mundo', de 1912, y rarezas como 'Diseño agave', composición de cuatro positivos realizada en los años veinte, o 'Invierno en Cowen Park, Seattle', un positivo a la goma bricomatada de 1907. Buena parte de las imágenes proceden del Imogen Cunningham Trust, creado por la propia Cunningham en 1975 para administrar su legado.
Referente ineludible de la fotografía del pasado siglo, la pasión por la imagen de Cunningham despertó en 1901. Graduada en Química en Seattle en 1909, una beca le permitió estudiar en la politécnica de Dresde a partir de 1910. Su estancia europea facilitó un temprano contacto con la vanguardista y experimental de la época, muy activa en la fotografía alemana.
De vuelta a Estados Unidos, Cunningham trabajó en el estudio de Edward S. Curtis, el retratista de las tribus indígenas americanas y del vasto Oeste, donde aprendió la técnica de la platinotipia y a retocar negativos. Se sumó luego al grupo f/64, formado en la costa Oeste americana por Edward Weston, Ansel Adams, John Paul Edwards y caracterizado por sus retratos y fotos de plantas. Opuestos al pictoralismo, abogan por una fotografía directa (straight photography) en la que no cabe la manipulación. El nombre del grupo alude al a apertura de la lente que garantiza una imagen con plena nitidez.
Su contacto en Nueva York con Gertrude Käsebier y Alfred Stieglitz le impulsa a abrir estudio en Seattle y hacerse con un nombre ya en los años 20. Es la etapa de sus conocidas composiciones florales. Gran aficionada a la botánica, su amor por las plantas y las flores marcó su producción, alumbrando imágenes de gran plasticidad y belleza que le dieron fama internacional. Asignó a menudo las denominaciones latinas de la plantas a unas fotografías que son para la comisaria un claro precedente del trabajo 'floral' de Robert Mapplethorpe.
El cuerpo humano
El cuerpo humano fue su otro tema recurrente. Hizo de amigos y familiares sus modelos, entre ellos su marido, el grabador Roi Partridge, cuyos retratos en el Parque Nacional del Monte Rainier (Washington) son otra aproximación pionera a la fotografía del desnudo masculino. La maternidad supuso un paréntesis en el trabajo Cunningham aunque nunca dejó de fotografiar su entorno más cercano.
En 1929 Edward Weston incluyó a Cunningham en la exposición 'Film und Foto' de Sttutgart, el germen de la fotografía moderna para muchos críticos, con imágenes de Edward Steichen, Berenice Abbott o Man Ray. En1946 la fotógrafa se trasladó a San Francisco donde permaneció hasta su muerte en 1976.
El catalógo, en español e inglés, es una referencia definitiva en la obra de Cunningham. Reúne ensayos de expertos y conservadores que aportan nuevas miradas sobre la fotógrafa americana y analizan su obra a partir de los fondos de sus museos.
La fundación ha desarrollado una página web monográfica www.exposicionesmapfrearte.com/cunningham que permite un recorrido virtual de alta calidad por todas las salas o escuchar los comentarios de los especialistas.