La protesta
Actualizado:Cuando volvía a casa una señora mayor le decía a otra: «¿Te has fijado cuántos autobuses hay?». «Hay muchos, muchísimos -le respondía la amiga-. Han tenido que venir de todos lados. Ya veremos ahora en casa. A ver qué dicen las noticias. Porque tú sabes cómo está la televisión, no va a decir ni pío».
Y la televisión ha dicho pero no ha dicho, como siempre, como si así la comida se fuera a venir sola al plato. El plato está vacío y la miseria no prometida llega en autobuses hasta Madrid. Toda la estación de Atocha eran autobuses. Una gran manifestación de autobuses tomaba una estación de tren. ¿Pero es que no hay estaciones de autobuses para manifestarse aquí en Madrid o qué? Y mientras, todo el mundo en la plaza de Colón. Todo el mundo cantando que se abra la muralla, que ya está bien. Los negros cantando con sus manos negras. Los blancos cantando con sus manos blancas.