El acusado por el crimen de La Tablas dice que «sueña» mucho con la víctima, pero no recuerda nada

Adrián S.F., el joven imputado por la muerte del joven Francisco C.B., de 21 años, tras mantener una pelea por la propiedad de una trituradora de marihuana en octubre de 2010, ha asegurado este martes ante el juez que sueña "mucho" con la víctima, pero que no recuerda "nada" salvo "imágenes" en las que el fallecido "estaba encima de mí con la camiseta con pinchazos y sangre".

En la sala de la sección octava de la Audiencia provincial de Cádiz, en Jerez, el procesado ha asegurado que la víctima y él eran "conocidos" de la barriada y pasaban tiempo juntos "por temas de drogas", tras advertir que en su caso consumía estupefacientes "desde los nueve años".

Según ha relatado ante el tribunal y el jurado popular, el día de los hechos estuvo por la mañana con la víctima haciendo reparaciones en el taller de un amigo en común y después cada uno se fue a su casa, quedándose en la nave una "máquina-pica" que, al parecer era suya, pero el fallecido la había cogido hacía algún tiempo de su coche.

A partir de ahí, el imputado ha dicho que sólo recuerda que "nos pegamos" por la tarde, cuando la víctima fue a pedirle explicaciones a su domicilio para solicitarle que le devolviera la máquina, volviendo de nuevo por la noche y lanzándole "amenazas y gritos" desde el exterior de su casa.

Hasta el lugar de los hechos se trasladaron dos amigos de los dos implicados, después de que el imputado llamara por teléfono a uno de ellos y le explicara que el joven que posteriormente resultaría herido de muerte, estaba fuera insultándole y se negaba a marcharse pese a los intentos del padre del acusado por convencerlo.

Asimismo, el procesado ha dicho que tampoco recuerda el momento en el que presuntamente "se dirigió a la cocina, cogió un cuchillo, y salió fuera de su casa para asestarle al menos ocho puñaladas" a su amigo, según la calificación de los hechos del Ministerio Fiscal.

No obstante, los dos testigos directos y amigos de ambos que se personaron allí al recibir la llamada del acusado para intentar persuadir en vano a la víctima para que "dejara el tema", han declarado que el procesado salió de su casa "andando muy deprisa y con el cuchillo escondido, se puso en frente de él (el fallecido) y se lo clavó por detrás", tras lo cual los dos cayeron al suelo y el acusado "se le echó encima".

Hasta ese momento, ninguno de los dos, según han coincidido en su testimonio ante el juez, vieron el cuchillo con el que el acusado salió de su casa.

Tras lo ocurrido, uno de los amigos le taponó la herida a la víctima "con una sudadera" y se lo llevó al Hospital de Jerez, donde le dijeron que "estaba muy grave" y donde fallecería al poco tiempo ante la gravedad de las heridas.

En la vista de este martes también han declarado, visiblemente afectados, los padres de la víctima, que han asegurado que su hijo era "tranquilo" y "pacífico", así como que "no tomaba drogas" y que "no era amigo" del acusado. Mientras, el padre de este último --que también estaba citado y presenció los hechos-- se ha acogido a su derecho de no declarar.

Aunque el imputado ha asegurado que había tenido varias peleas con la víctima y que éste solía llevar una navaja en el coche, los dos testigos han asegurado que "jamás" han visto al fallecido con una arma blanca y han descartado que este último tomara drogas.

El acusado, que está en prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos, ha indicado que "desde que tomó conciencia de lo ocurrido" está "muy arrepentido", y ha dicho que "está dispuesto" a pedir perdón a los padres de la víctima.

La vista se reanuda este miércoles con las pruebas periciales.