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Almunia urge al Gobierno a aclararse con la petición de rescate
Merkel alimenta las dudas de los mercados al retrasar la puesta en marcha de la unión bancaria, un proyecto clave para España
BRUSELAS. Actualizado: GuardarEl comisario de Competencia, Joaquín Almunia, envió ayer al Gobierno el mensaje más claro desde que la zona euro y el BCE diseñaron a principios de mes un rescate parcial a la medida de España. El también vicepresidente de la Comisión apremió a Mariano Rajoy a decidirse cuanto antes sobre la petición del salvavidas porque «la incertidumbre es un riesgo». A su juicio, las tensiones en los mercados pueden rebrotar, una predicción que se materializó casi de inmediato con un notable incremento en la prima de riesgo. Esta subida coincidió con una intervención de Angela Merkel en la que advirtió de que la unión bancaria, un proyecto vital para España, se retrasa.
Almunia admitió que Rajoy se enfrenta a una decisión «muy complicada». «Toda alternativa tiene sus pros y sus contra sobre los cuales hay que medir muy bien, pero mantener la incertidumbre es un riesgo», subrayó en Ámsterdam. Insistió en que la indefinición del Gobierno «no ayuda» porque puede contribuir a disparar la «volatilidad». Siguiendo su argumento, la desconfianza de los inversores puede volver a descontrolarse ante la falta de «señales e información» sobre una hipotética petición de rescate.
Almunia no se pronunció sobre el camino que debería tomar el Gobierno, pero le urgió a no perder ni un segundo. Convencido de que cualquier factor puede volver a colocar a España contra las cuerdas, abogó por un pronunciamiento rápido de Rajoy en el que explique pormenorizadamente las razones de su decisión. El comisario también se refirió al objetivo del objetivo del déficit, del que se mostró más escéptico que el titular de Economía, que segura que se cumplirá. «Las cifras que se han difundido de ejecución presupuestaria indican un riesgo de desviación», apuntó.
'Transfusión' de emergencia
La claridad de Almunia contrasta con la cautela mostrada de los líderes del Eurogrupo y el comisario de Economía, el finlandés Olli Rehn. Aunque en muchos sectores se da por hecho que España tendrá que solicitar auxilio por segunda vez, los responsables comunitarios dejaron en manos de Rajoy la decisión final. Rehn remarcó que las condiciones ya se conocen y solo resta que el Gobierno aclare su posición. Los analistas, mientras tanto, empiezan a exteriorizar su impaciencia. En su edición de esta semana, 'The Economist' llama al Ejecutivo a pedir auxilio porque hasta que las reformas funcionen «el paciente necesita una transfusión de emergencia».
La postura de Merkel resulta decisiva para el segundo rescate español. Algunas fuentes sostienen que junto a Francia ya ha presionado para que Rajoy diga 'sí', pero otros analistas consideran que la canciller prefiere que la petición se demore. A un año de las elecciones, confía en no tener que acudir ahora al Bundestag para aprobar el salvavidas. Bajo esta hipótesis, probablemente necesitaría el respaldo de la oposición ante las resistencias dentro de su propio partido. La ayuda a España implicaría la reactivación del programa de compra de deuda del BCE, una decisión muy criticada en el país. Debido a esta reacción, el propio presidente de la entidad, Mario Draghi, se ofreció a acudir en persona al Parlamento germano.
El plan del BCE ha provocado tanto revuelo que la canciller sigue dando explicaciones dos semanas después de su aprobación. Ayer, en una extensa comparecencia en Berlín, volvió a contestar un aluvión de preguntas sobre esta cuestión. Merkel respaldó a Draghi porque su apuesta no desborda el mandato del banco central, pero también insistió en que el Bundesbank tiene todo el derecho a quejarse y airear su férrea oposición. Según agregó, los políticos no deben «fijar los límites» de una entidad concebida como independiente y que ha optado por actuar para poner fin a «perturbaciones sistémicas» en los mercados.
Merkel también dedicó su comparecencia a la unión bancaria, una cuestión con mucho impacto en los parqués que empieza a enquistarse. La canciller apuntó que es «relativamente improbable» que el supervisor único del sector financiero pueda estar operativo en enero como la UE se había propuesto.
En un intento por no «decepcionar» a los inversores con falsas promesas, se mostró partidaria de avanzar «un poco más despacio». La ralentización, a la que se opone Francia, supone un importante peligro para España, que no podrá aprovechar la recapitalización directa de las entidades hasta que el nuevo organismo empiece a funcionar.