Monólogo con la ciudad

Aunque todos los días hubiese un artículo en la prensa de esta ciudad, la bienal iberoamericana de arquitectura y urbanismo ha sido poco clara en todos los sentidos. Un reflejo que más allá de cuestiones políticas algunos le buscaríamos cinco pies al gato para explicar semejante tomadura de pelo que ha sido este acto tan en teoría «abierto». «El objetivo es establecer un diálogo con la ciudad» decían el primer día. Mentira: en los actos en el Falla, sólo dejaban entrar a aquellos que pagaron inscripción, la mayoría arquitectos, la mayoría de fuera... Cada conferencia y 'mesa redonda' que tuvo lugar en el Falla, no se establecieron turnos de preguntas, cuestión fundamental para el intercambio de opiniones, más aún cuando el público era 'especialista', sin duda alguna un signo de debilidad y de falta de transparencia ante un evento en el que algunos habíamos puesto muchas esperanzas. ¿Para qué pagar una inscripción de cuarenta y cinco euros, sin turnos de preguntas, sin diálogo, sin oportunidad de aprender por relaciones más directas, cuando por vía web, en streaming podías seguir en video esta misma bienal? ¿Para qué llamar a una bienal 'iberoamericana' cuando todos los conferenciantes principales y la mayoría de los participantes de la sesión de tarde eran 'ibéricos'?

Menos mal que el Colegio de nuestra ciudad sí que se preocupó en establecer un diálogo con la ciudad aunque desde 'la sombra' de esta bienal. Sin duda tocaron temas interesantes en sus mesas redondas y que sí dejaron entrar a cualquier persona interesada en la misma más allá de si había pagado una inscripción. Y fueron realmente eso: mesas redondas, y no un mero monólogo de arquitectos. Por cierto, los premios otorgados en la bienal de arquitectura y urbanismo, han sido por medio de dossieres, no hubo visita de obra. ¡Ah!, y otra curiosidad, los comisarios de la bienal, entre otros, son los arquitectos del Ayuntamiento de Valdemaqueda...