Rubalcaba: «Si Mas quiere romper con España, tendrá al PSOE enfrente»
Reclama a Rajoy y al presidente de la Generalitat que abandonen la «tijera» y «cosan» para asegurar la convivencia
GAVÁ.Actualizado:El debate del 'Estatut' dejó al PSOE un sabor de boca más agrio que dulce durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero y todavía no se ha recuperado. En su intento de encontrar ahora el tono y el discurso adecuado para hacer frente a la derivada independentista en la que ha entrado Cataluña, Alfredo Pérez Rubalcaba lanzó ayer un mensaje contundente al presidente de la Generalitat: «Si quiere romper con España, con acuerdo amistoso o no -dijo-, nos tendrá enfrente».
Nada aclaró de la alternativa, ni tampoco se mojó a favor de esa «España federal» a la que el PSC se aferra en un intento de contrarrestar la embestida de CiU. Los socialistas están en una situación complicada y no lo ocultan.
La multitudinaria manifestación independentista del pasado 11 de septiembre les ha llevado a un rincón del tablero político en el que hace unos años los catalanes sólo situaban al PP y lo ha hecho justo en el momento en el que más débiles se encuentran, sin apenas poder institucional y tratando de rehacerse aún del sonoro batacazo electoral que cosechó en 2011. La presencia de Rubalcaba en la Fiesta de la Rosa, que cada año celebra el PSC en Gavà, sirvió al líder de la oposición para acusar a Rajoy y Mas de haber sembrado vientos y estar ahora recogiendo tempestades y para exigirles que busquen soluciones. Pero más allá de defender que están obligados al «diálogo» poco aclaró sobre la salida que, a su juicio, tiene la actual situación. Un escenario que, sostiene un destacado dirigente socialista catalán, «nos lleva irremediablemente a un choque de trenes».
«El PP y CiU se han puesto de acuerdo en casi todo, han recortado juntos aquí y allí, pero a la derecha española se le ha olvidado hablar de España con CiU y a los nacionalistas catalanes se les ha olvidado hablar de Cataluña con el PP -reprochó el líder del PSOE-; les pido que dejen las tijeras y cojan la aguja y el hilo para coser, para alcanzar la convivencia entre Cataluña y España».
La posición de los socialistas, aún así, no dista demasiado de la de los populares. Ambos rechazan el pacto fiscal que propugna Mas para que Cataluña pueda tener una Hacienda propia al estilo del País Vasco y Navarra, y ambos se niegan a abrir el más mínimo resquicio a la celebración de un referéndum que, por otro lado, no tendría cabida constitucional. Las diferencias, entre los dos grandes partidos, serían en todo caso formales.
Problema político
«A Rajoy le diría que no hay ningún lío, ni ninguna algarabía. En Cataluña lo que hay es un problema político que conviene afrontar porque hay problemas que el tiempo no resuelve y este es uno de ellos», dijo Rubalcaba tachando de diletante al presidente del Gobierno. «Si quiere respetar a Cataluña con sus singularidades lo apoyaremos porque los socialistas siempre hemos defendido una España que entiende y comprende a Cataluña tal y como es; si no estaremos enfrente», espetó.
No dijo una «España federal» como les hubiera gustado oír a los socialistas catalanes. Ese discurso del PSC siempre tuvo detractores en el PSOE y la experiencia del 'Estatut', que costó al partido un buen porcentaje de voto en las elecciones de 2008, no hizo sino reforzar sus tesis.
Otro gallo habría cantado, quizá, de haber sido Carme Chacón la triunfadora en el último congreso del partido. «Tener una secretaria general catalana nos habría dado al menos una fuerza que ahora no tenemos aunque el discurso no fuera muy distinto», dice uno de sus más firmes apoyos en el 'partido hermano'.
Rubalcaba llevó la cuestión por otros derroteros y vinculó el actual panorama político con el hecho de que PP y CiU estén en el gobierno y con su ideología. «Con la derecha en el poder se están exacerbando las tensiones sociales -alegó-; cada vez soplan más fuerte los vientos de insolidaridad del Norte hacia el Sur».
Con esa premisa, el líder socialista se dirigió a aquella parte de su electorado que pueda sentirse atraída por el discurso dominante. «A los ciudadanos catalanes que se sienten independentistas les quiero decir que respeto ese sentimiento, pero a los que no se sienten independentistas y creen que la independencia es el camino más rápido para salir de la crisis les digo que no es así, que Cataluña saldrá de la crisis con España o no saldrá».