El Barça de Tito sí conquista Getafe

Dicen que este Barça no enamora como antaño, pero sus números son incontestables. Después de una semana en la que se ha hablado de todo menos de fútbol, ya sea por el virus FIFA, por el apoyo de Guardiola a la manifestación independentista o por las especulaciones sobre la hipotética exclusión del Barcelona de la LFP en una Cataluña independiente, el conjunto azulgrana viajó a Getafe, donde perdió el año pasado, y firmó la cuarta victoria de la temporada.

Cuatro de cuatro, 100% de efectividad, para un cuadro blaugrana que lleva camino de hacer realidad el primer miniobjetivo de la temporada: llegar al clásico del 6 de octubre con 5 puntos como mínimo de ventaja sobre el Real Madrid. El Barça tuvo además la osadía de presentarse sin Messi ni Alves en el Coliseum Alfonso Pérez, donde hace bien poco el Madrid cayó con estrépito. Prescindir del lateral brasileño no resulta tan raro, teniendo en cuenta el buen estado de forma de Montoya, un jugador en fase ascendente, pero lo del genio de Rosario, que llevaba más de un año sin calentar banquillo, fue una sorpresa con mayúsculas. Tras jugar ante Paraguay y Perú en la clasificatoria del Mundial, Messi llegó a Barcelona el jueves pasado, de ahí que Tito Vilanova decidiese darle descanso. La última vez que el Barça reservó a su máxima estrella se dejó dos puntos en Anoeta, por lo que la apuesta tenía bastante riesgo. Aunque ese riesgo tenía truco: Messi no salió de inicio, sino que se reservó para la segunda parte. Saltó con más de media hora por delante e hizo dos goles. Lleva seis este año y todos conseguidos de par en par: dos a la Real, otros dos a Osasuna y doblete contra el Getafe.

Sin embargo, en esta ocasión su actuación no fue tan decisiva para la victoria de su equipo. Porque para cuando el 10 hizo su entrada en el partido, el Barça ya tenía el encuentro bastante encarrilado. Vencía 0-1 y tenía neutralizado a un Getafe que no sabía como hincarle el diente. La salida de Messi no hizo si no aportar más velocidad a los azulgrana, para aprovechar que a medida que avanzara la segunda parte, el cuadro azulón dejaría más espacios en su retaguardia. Así fue y entre Messi, Pedro y Villa remataron una victoria que el Barça fue cocinando a fuego lento, sin prisa pero sin pausa y creyendo en su estilo.

Con Iniesta y Alexis lesionados, y Messi y Villa en el banco, Tito alineó una delantera inédita, en la que Cesc, que aún busca su norte en el Barça, actuó de falso delantero centro, con Tello y Pedro en las bandas. Volvía Thiago, que se asoció a Xabi y Busquets en la medular, aunque entre tanta calidad faltaba algo de precisión y bastante profundidad. El Barça tocaba y tocaba, pero no hacía peligro. Por su parte, el Getafe buscaba robar rápido para cazar alguna contra con Barrada, Diego Castro y Colunga, si bien los madrileños no tuvieron su noche. Curiosamente, el 0-1 llegó al contragolpe a la media hora. Cesc buscó la jugada personal, se lanzó un autopase tan largo que se convirtió en un gran pase a Adriano, que llegaba desde atrás para hacer el primero. El tanto dio aún más argumentos a los hombres de Tito para seguir dominando el partido desde la posesión abrumadora de la pelota. Al Barça no le hacía falta arriesgar, contemporizaba, nadaba a favor de corriente y quien tenía que estirarse en la segunda parte era el Getafe. Pedro acabó de abrir la lata a falta de un cuarto de hora para el final. Dribló a Valera, sintió el contacto y forzó el penalti, que parecía claro. Messi no falló y el partido se acabó antes de hora. Aunque aún hubo tiempo para que Messi lograra su segundo tanto, Sarabia (o Mascherano en propia puerta) lograran el gol de la honrilla o Villa demostrara que su recuperación es un hecho.

El partido, en el que Puyol sufrió un estiramiento del ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda, que le tendrá al menos un mes en el dique seco y le hará perderse el clásico del 7 de octubre, dejó una anécdota para los amantes de las estadísticas: la crisis económica no solo tiene consecuencias negativas en el fútbol, también puede ofrecer algo positivo. Y es que de los 22 jugadores titulares, 20 eran españoles y solo dos extranjeros (Barrada y Adriano).