Los holandeses apuestan por Europa
Liberales y laboristas salen vencedores en las urnas y aspiran a formar un Gobierno de coalición para enfrentarse a la crisis
Actualizado:Holanda quiere continuar por la senda europea. En unas elecciones que se preveían como un termómetro para medir el desencanto con la UE, los ciudadanos han decidido apoyar a los partidos que abrazan la política comunitaria y dar la espalda a aquellos que quieren alejarse de Bruselas. En un Parlamento tan atomizado, con once grupos, los hasta ahora rivales están obligados a entenderse.
De hecho, las dos principales fuerzas, liberales y laboristas, ya han comenzado a diseñar un Gobierno de unidad nacional que haga frente a las dificultades económicas que también azotan los Países Bajos. Eso sí, en las negociaciones tendrán que determinar cuál será el rumbo que tome el próximo Ejecutivo. El VVD de Mark Rutte, el hasta ahora primer ministro, ha conseguido 41 escaños y sigue a pies juntillas la doctrina de austeridad alemana; mientras, el PvdA de Mark Samsom -logró 39 diputados y se convirtió en la gran revelación de la campaña- promete reformas e inversiones, al puro estilo François Hollande.
«El proceso será complicado», admitió ayer Rutte, quien indicó que «como líder del principal partido» hará lo imposible para que el acuerdo llegue «lo más rápido posible». Samsom, mucho menos impetuoso que el primer ministro en funciones, evitó responder preguntas y no confirmó que hayan comenzado unas conversaciones que, según la prensa local, transcurrirán lejos de la luz de los focos. Pese al disimulo actual, en los últimos debates ambos ya dieron indicios de que podrían entenderse.
Ambas fuerzas comparten un sentimiento proeuropeo y son partidarias de la solidaridad económica con el resto de la Unión, pero durante la campaña ambos han adoptado una posición «más severa» sobre la disciplina presupuestaria de sus socios. Entre los dos controlarían 80 de los 150 asientos que tiene la Cámara baja holandesa, pero el partido D66 (social-liberales de izquierda) ya se ha prestado como tercera pata para darle una mayor estabilidad a la coalición.
La excepción
De lograrse este acuerdo, Mark Rutte se convertiría en una de las pocas excepciones que queda en la UE. Y es que sería uno de los pocos mandatarios comunitarios que retiene el poder durante la crisis económica. Salvo la canciller alemana, Angela Merkel, el resto de gobernantes de la primera línea política europea han salido perdedores cuando se han tenido que enfrentar a las urnas.
Los Países Bajos han tenido una importante tradición pactista y, de cumplirse los pronósticos, repetirán la 'coalición lila' que dirigió el país entre 1994 y 2002, pero que no se pudo reeditar hace dos años. Quien parece lejos del poder es Geert Wilders, el polémico político antimusulmán. Rutte no quiere repetir la aciaga alianza gubernamental que dirigía Holanda desde 2010.
Los votantes han castigado al líder xenófobo por tumbar al Ejecutivo anterior al no querer negociar el paquete de ajustes para cumplir con el déficit del 3% y carecer de un programa económico convincente en una época de crisis. Ha perdido nueve escaños y se tendrá que conformar con 15 representantes en la próxima asamblea.