Los atentados ponen en peligro la reelección de Obama
NUEVA YORK.Actualizado:Se temía que en la última fase de la campaña electoral Israel atacase las instalaciones nucleares de Irán y obligase al gobierno de Obama a retratarse, pero dicen que Benjamín Netanyahu no se atreve a quemar los puentes porque cree que Obama ganará la reelección. Los extremistas islámicos no tienen nada que perder. A 47 días de las elecciones, el asalto al consulado de EE UU en Bengasi puede suponer para Obama lo que el de la embajada de Teherán para Jimmy Carter, el fin de su mandato. Los republicanos, al menos, se esfuerzan por comparar el ambiente antiamericano en las calles de El Cairo con el de Teherán en 1979 para barruntar otro presidente demócrata tan fallido que no pasó de un mandato.
Por ahora la batalla de las embajadas es un arma de doble filo para demócratas y republicanos que a corto plazo va ganando Obama. Para el presidente puede ser una oportunidad de ejercer como comandante en jefe y demostrar que sabe mantener el pulso firme en el mundo. «Quiero que el mundo me oiga», dijo ayer en Colorado. «A todos aquellos que pretendan hacernos daño, ningún acto de terrorismo quedará impune». Le avala la operación que acabó con Osama bin Laden. Pero sobre todo le ha permitido dejar en entredicho la capacidad de gobierno de su contrincante, que patinó la noche de los atentados con una crítica apresurada.
Mitt Romney, cuyo libro se titula 'No hay disculpas', rompió la tregua del 11-S para criticar al gobierno de Obama por «disculparse» de los valores estadounidenses antes de condenar los ataques. En realidad el comunicado había sido emitido por la Embajada de EE UU en El Cairo antes de que empezaran las protestas y los ataques. Lejos de retractarse, Romney repitió al día siguiente sus acusaciones, precisando que el distanciamiento de la Casa Blanca con el comunicado envía señales confusas al mundo.