Pretérito imperfecto
Actualizado:Estamos asistiendo a tal avalancha de malas noticias en los últimos tiempos que muchos están cayendo en el «cualquier tiempo pasado fue mejor». Y esto me da especialmente miedo cuando se trata de Educación. Los recortes en los presupuestos escolares están levantando todo tipo de reacciones pero ya he oído en un par de ocasiones:«Tampoco es un drama volver a las clases de 40».
Permítame, querido lector, decirle que se me ponen los pelos como escarpias cuando oigo estas sandeces. Yo también estuve en una clase de 40. Yhace poco tuve ocasión de ver el álbum de fotos de los años 70 y me pareció un milagro que unos cuantos de aquellos niños terminásemos una carrera universitaria. Viendo las fotos recordé lo pobre que éramos:zapatos desfondados, jerseys tejidos por las abuelas, bocadillos de mantequilla... Y en la última fila, una compañera con dificultades de aprendizaje a la que ‘la seño’ dejaba matar las horas mordisqueando goma de borrar. Ahí quedaba la integración en las aulas.
Para colmo de males estoy sufriendo en primera persona que mi hija acuda a un colegio con unas instalaciones mucho peores de las que disfrutamos nosotros hace 30 años. Todos me dicen que el profesorado es muy bueno y que merece la pena seguir en ese colegio, pero me pregunto cuánto tiempo tardarán en esquilmar también este preciado recurso. Mientras tanto, veo entrar a mi niña de tres años en un aula prefabricada, clavada en medio de un patio de arena y chinos y rodeada por rastrojos;sin gimnasio y teniendo que cruzar una calle para ir al comedor.
Me costó apostar por la escuela pública y lo hice, en parte, por agradecimiento al sistema que me dio la oportunidad de formarme como profesional y como persona. Pero mis convicciones están flaqueando por momentos. Tengo claro que el sistema público va hacia la quiebra y estoy tentada de mantener fuera de él a mi familia. Pero sigo resistiendo, esperando que pase el temporal y dejen de asfixiarlo. Hay que luchar para que no se repitan las clases de 40. No eran ningún drama, pero sí una pena .