Austeridad mal gestionada
A la Delegación de Educación se le acumulan los problemas cuando apenas llevamos cinco días de clases
Actualizado: GuardarLa multitud de incidencias y protestas que se están produciendo en este inicio de curso escolar debería llevar a la Junta de Andalucía a replantearse su política de recortes en materia educativa, pues es evidente que están creando un clima de malestar cuyo principal perjudicado, al final, es el alumno.
No basta con decir que los recortes son necesarios y que los profesores tendrán que trabajar más. Obviamente, en los tiempos que corren se impone la austeridad. Pero esta austeridad hay que saber administrarla. Y la Consejería de Educación no está sabiendo hacerlo. El malestar del profesorado es patente, tanto de los que están ejerciendo, por los recortes, como de los que aspiran a hacerlo a medio plazo, pues no se convocan nuevas plazas. Esto se traduce en una disminución de profesores en los centros educativos y –máxime cuando el número de niños ha crecido– una cada vez mayor masificación de alumnos por aula. La máxima de 25 por clase, hasta ahora sagrada, ya no lo es tanto.
Y es que cuando apenas llevamos cinco días de curso, a la nueva delegada de Educación en la provincia se le acumulan los problemas. Prácticamente un día sí y otro también, tiene una algarabía a la puerta de la sede de la plaza Mina. Amén de protestas de padres por los fraudes en las matriculaciones, por los recortes de servicios tan necesarios como el aula matinal o el comedor, e incluso por recortes en los servicios de atención a alumnos con necesidades especiales, como ha ocurrido en el colegio Tierno Galván de Cádiz. Ya dijo la consejera que «va a ser un curso duro». En sus manos está que lo sea un poco menos.