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Almagro bien vale una final

El murciano venció en cinco sets a John Isner en una jornada en la que David Ferrer también ganó a Sam Querrey y en la que ambos pusieron la eliminatoria 2-0 para España

VICTORIO CALERO
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A primera hora de la jornada, los problemas de Ferrer marcan el comienzo de la eliminatoria. A última, la serie entre España y Estados Unidos está muy cerca de quedar sentenciada. Entre medias, Ferrer ha sabido levantar un gran primer set de Querrey para llevarse posteriormente los tres siguientes (4-6, 6-2, 6-2 y 6-4) y dar al equipo español el primer punto.Y sobre todo, en el partido clave del día, Almagro se erige en el héroe de la eliminatoria con un partido maratoniano en el que se impone en cinco mangas (6-4, 4-6, 6-4, 3-6 y

7-5) y más de cuatro horas y cuarto. Gracias a ese triunfo, el más importante de Almagro en su carrera como jugador de Copa Davis, España se puso 2-0 y acaricia su cuarta final en cinco años.

El primer pasito hacia la final ya estaba dado gracias a Ferrer, que había cumplido los pronósticos. Pero faltaba por dar el más grande del día. Porque Almagro tenía que vencer al verdugo esta misma temporada de Federer y Wawrinka sobre arcilla. Frente a frente dos sacadores. Y el partido, al contrario que el de Ferrer, si comenzó según lo previsto. Pocos intercambios y pequeñas diferencias llevaron a Almagro a ganar el primer set mientras la grada iba poco a poco cogiendo color al ritmo de “¡dale mamasita con tu tacatá, dale mamasita tacatá!” y el archiconcido “¡qué viva España!”. Quizá algo mejorable la música.

Pero, lo importante: Almagro estaba haciendo las cosas bien. Y pese a que se dejó el segundo set por el camino por culpa de una rotura de servicio en el último juego de la manga, su nivel continuó siendo bastante alto en el tercero. Un parcial que cerró y que le dejó a las puertas de la victoria. Lo tuvo muy cerca en el cuarto acto. Sin embargo fue incapaz de cerrar alguna de las cinco oportunidades de rotura que tuvo. Y para cumplir el tópico: perdonó y lo pagó. En la primera bola de ‘break’ que tuvo el estadounidense consumó la rotura y acabó llevándose el set.

Era el acto defintivo. Para Almagro era el partido de su vida en la Copa Davis. Ganó ante Kazajistán y Austria, pero frente a Isner el equipo lo necesitaba: su punto era imprescindible para afrontar la eliminatoria con garantías. Y lo consiguió. Eso sí, sufriendo heroicamente. Porque al igual que en penúltimo parcial, cada vez que tenía una bola de rotura aparecía el saque del estadounidense. De esa forma no pudo aprovechar tres bolas de partido. Pero por fin, una derecha errada por Isner hacía justicia con Nico Almagro, que ganó su partido y puso a España al borde de la victoria.

Ferrer despierta a tiempo

Pero si regresamos al inicio del día, antes de que Ferrer sumase su victoria número quince en Copa Davis, donde permanece invicto, el de Jávea atravesó un pequeño base que le costó la primera manga. Después de esos cuatro juegos consecutivos que encadenó Sam Querrey en el acto inicial, el español y los aficionados reaccionaron. “¡Vamos Ferrer!”, apoyaba la grada. “¡España, España!”, empujaba el público. Y poco a poco, el cañón de derecha del estadounidense fue mitigándose a favor del español. Era obvio que no tenía su mejor día. A la falta de ritmo había que sumarle la tibieza de su juego desde la línea de fondo. Pero Ferrer fue a más. Es muy superior a Querrey sobre arcilla y consiguió poco a poco meterse en la pista e imponer su tenis. “No he estado perfecto pero si regular”, confesó el semifinalista del US Open.

Así ganó la segunda manga, por 6-2. Idéntico resultado que tuvo la tercera. Se trataba de que pasasen los minutos, de que Ferrer fuese poco a poco encontrándose más cómodo. Como en la vuelta al cole, lo complicado es la vuelta, la primera toma de contacto, luego parece que ya todo va rodado.

Con dos sets a uno, Querrey dio sus últimos coletazos. Empezó la última manga con opciones de romper el servicio del español. De hecho dispuso nueve bolas de rotura en los dos primeros juegos al resto que desperdició. El partido, a tirones, se movía entre la potencia de la derecha del estadounidense y la mayor solidez del número cinco del mundo. Y al final la mayor calidad del quinto jugador del mundo se impuso. “Sin jugar del todo bien suman más, al margen de las sensaciones, y al final lo que cuenta es ganar”, resumió Ferrer. Para este sábado: los hermanos Bryan ante Granollers y Marc López.