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La Policía y los equipos de emergencia tratan de identifica a las víctimas del incendio. :: RIZWAN TABASSUM / AFP
MUNDO

Casi 300 muertos en el incendio de una fábrica textil en Pakistán

Cientos de personas quedaron atrapadas en el sótano de este edificio de Karachi, que no contaba con salidas de emergencia

A. C.
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El incendio en la planta de Ali Enterprise en Karachi podía haber sido uno más en la larga lista de tragedias laborales que azotan Pakistán a diario. En un primer momento, los servicios de emergencia contaron una decena de muertos en esta industria textil, lo habitual, pero la tragedia les esperaba oculta en el sótano de este edificio del modesto barrio de Baldia Town. Cuando los bomberos consiguieron entrar en el departamento subterráneo encontraron cientos de cadáveres hacinados y carbonizados. La cifra de víctimas se multiplicó y ya se calcula que 300 personas perdieron la vida en el suceso, uno de los más funestos de la historia del país surasiático.

El hacinamiento de los trabajadores -más de 1.500 empleados en menos de 2.000 metros cuadrados-, la falta de ventilación y la carencia de salidas de emergencia provocó que un cortocircuito en el generador eléctrico de la empresa convirtiese el edificio en una trampa mortal. «El propietario había clausurado todas las puertas salvo la de entrada en la fachada frontal del edificio», explicó el comandante de los bomberos. Muchos consiguieron escapar y alrededor de 70 obreros saltaron por las ventanas, por lo que la mayoría de los heridos tienen las piernas rotas. Algunos subieron hasta la última planta (la cuarta) y se vieron atrapados. Mientras tanto, los que se encontraban en el sótano se quedaron sin salida, ya que la pequeña puerta por la que se accedía al departamento enseguida quedó bloqueada.

Los servicios de emergencia no pudieron entrar de inmediato en el edificio, ya que tuvieron que esperar a que los bomberos enfriasen la estructura del edificio, que se había visto gravemente afectada por las altas temperaturas que alcanzó el incendio.

Motor de la economía

El sector textil es uno de los motores de la endeble economía paquistaní, pero las condiciones laborales de sus trabajadores son infrahumanas y es habitual la contratación de menores de edad. Además, la grave crisis energética que azota el país ha provocado que los empresarios necesiten generadores de gasoil -como el que falló ayer- para no frenar la producción.

Desgraciadamente, este tipo de incidentes están a la orden del día en Pakistán. El martes, un suceso calcado al de Karachi acabó con la vida de una veintena de empleados -la mitad de la plantilla- de una fábrica de sandalias en Lahore, cerca de la frontera con India.