ESPAÑA

Rajoy alimenta la esperanza de que el rescate sea eludible

Rubalcaba exige un debate parlamentario específico si al final España se ve abocada a solicitar ayuda a la UE

MADRID. Actualizado: Guardar
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El Gobierno todavía conserva la esperanza de poder eludir un rescate en toda regla. Mariano Rajoy trató de disipar ayer esa idea, que fue tomando cuerpo durante el verano, de que España está más que sentenciada y aprovechó la primera sesión de control al Ejecutivo en el Congreso tras el verano para reclamar al líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, que no dé nada por sentado. «Aún no sé si es necesario que España lo pida; vamos a ver cómo evoluciona la prima de riesgo», apuntó.

El diferencial entre lo que España y Alemania, el país de referencia de la eurozona, deben pagar por su deuda cayó ayer hasta los 400 puntos básicos, una cifra desconocida desde el pasado abril, después de que el Tribunal Constitucional germano diera su visto bueno al último instrumento de asistencia financiera creado por Bruselas para socorrer a países con problemas. El Ejecutivo confía en que esa decisión baste para disipar las dudas sobre la irreversibilidad del euro y los intereses que se exigen a España a cambio de financiación se relajen.

Si durante octubre se lograra mantener la prima cerca de los 300 puntos, dicen en el Gobierno, España podría acudir por sí misma a los mercados y no habría necesidad de recurrir al Mecanismo de Estabilidad (MEDE). Pero hay otro condicionante: que se cumplan las expectativas de recaudación que propiciaron las últimas subidas de impuestos, en especial, la del IVA. Rubalcaba, no obstante, se mostró convencido de que las cartas están echadas y de que el Gobierno solo espera a que pasen las elecciones vascas y gallegas para dar la mala noticia a los españoles. A su juicio, la petición del rescate irá acompañada de una congelación de las pensiones, una posibilidad que Rajoy no desmintió.

Sea como fuere, el líder del PSOE exigió que llegado el momento el Gobierno someta a debate parlamentario las contrapartidas que exija Bruselas.