El pulso entre las eléctricas y el Gobierno condena Garoña al cierre
Actualizado:El pulso que mantienen las compañías eléctricas y el Gobierno por la renovación del contrato de explotación de la central nuclear burgalesa de Garoña condena a la planta al cierre. La central, que opera desde 1971, cesará su actividad en 2013, como previó el anterior Ejecutivo socialista, pese a que Mariano Rajoy se había mostrado a favor de alargar su vida útil.
Garoña quedó sentenciada después de que Nuclenor, gestora de la central y propiedad de Endesa e Iberdrola al 50%, anunciara su decisión de dejar pasar el plazo para pedir al Gobierno la renovación del contrato. Las eléctricas culpan a la «incertidumbre regulatoria» que rodea al sector energético, pendiente de una reforma que podría imponer una nueva tasa a la generación nuclear.
La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que la posición del Gobierno no ha variado. «Será la empresa la que tendrá que explicar por qué ha cambiado de opinión, al menos a sus accionistas». «El Gobierno actúa a petición de parte y esa parte ha decidido ahora que no le interesa esa prolongación», explicó.