La prima de riesgo española cae casi 230 puntos desde su máximo de hace mes y medio
El Ibex consigue cerrar su sexta sesión consecutiva en positivo con una leve subida y se queda a las puertas de los 8.000 puntos
Actualizado:Mariano Rajoy y su Gobierno ya respiran un poco más tranquilos, al menos de momento, después de contener el aliento durante prácticamente todo el verano y de estar al borde de la asfixia en la última semana de julio. Entonces, hace mes y medio, la prima de riesgo española alcanzó los 639 puntos básicos y la rentabilidad del bono nacional a 10 años, el 7,62%. Ambos, máximos desde la creación del euro.
Ayer, el riesgo país cerró en 411 puntos tras bajar otros 36 a lo largo del día, con lo que volvió al nivel que tenía el 1 de mayo pasado. En la semana, este indicador acumuló una caída de nada menos que 136,5 puntos -un 25%-. Y desde aquel récord del 24 de julio, un desplome de 228 puntos, un 35,7%. Del mismo modo, la rentabilidad del bono español a 10 años se redujo ayer hasta el 5,63%, un 2% menos que la que ofrecía entonces y su cota más baja desde principios de abril. Por su parte, la rentabilidad del bono alemán del mismo plazo llegó a incrementarse hasta el 1,62%, si bien cerró en el 1,52%.
Y todo ello gracias al efecto que continuaron surtiendo las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, que el pasado jueves anunció la compra ilimitada de deuda soberana de los países con dificultades de financiación en los mercados.
Según fuentes próximas al Gobierno, el Ejecutivo de Mariano Rajoy esperaba que el pronunciamiento de Draghi, rebajara hasta el entorno de los 350 puntos básicos la prima de riesgo para eliminar el componente especulativo que soporta la deuda española.
Pero, por ahora, y a la espera de que la próxima semana puedan producirse nuevos descensos, su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo ayer que la petición de ayuda al fondo de rescate europeo -una de las condiciones 'sine qua non' que puso el presidente del BCE para inicir la compra- debe analizarse con mucha calma y prudencia, y que «cosas tan importantes para el interés general y el futuro de los españoles» no pueden decidirse «ni a bote pronto ni de la noche a la mañana».
No obstante, una demora que los mercados considerasen excesiva -dos o tres semanas- en la toma de esta decisión, podría volver a desatar el nerviosismo y favorecer la aparición de nuevos movimientos especulativos contra la deuda soberana y llevar la prima de riesgo y la rentabilidad del bono español a cotas peligrosas.
Enfriamiento
En la Bolsa, el Ibex-35 del parqué madrileño logró mantener ayer, aunque por los pelos, la senda alcista, lo que le permitió acumular su sexta sesión consecutiva de ganancias. Pese a un comienzo prometedor, en el que llegó a subir cerca de un 2% para situarse por encima de los 8.000 puntos -tocó los 8.026-, el optimismo inicial se enfrió al conocerse los malos datos de creación de empleo privado en Estados Unidos, donde en agosto se crearon casi 90.000 puestos de trabajo menos de lo esperado. Algunos analistas estiman que al Ibex no le queda ya mucho recorrido al alza este año dada la recesión en la que se encuentra la economía española, que se puede ver acentuada por las condiciones que impondrá Europa a cambio del rescate, y que afectarán también a los resultados empresariales.
Al final, Madrid cerró la sesión con una leve subida del 0,26% -en los 7.882 puntos- y acabó la semana con una revalorización del 6,22%. La mayoría de los 'pesos pesados' se decantaron por las ganancias. Gas Natural se anotó un 8%, ArcelorMittal un 4,4%, Iberdrola sumó un 2,9% y Telefónica un 1,8%. BBVA y Santander también repuntaron por encima del 1,7%, pero las caídas del 0,76% en Repsol, del 4,5% del Sabadell y del 6,74% en Inditex desinflaron al selectivo.
En el resto de plazas europeas, la más rentable fue Milán, que se apuntó un 2,09%. Francfort avanzó un 0,66%, Londres sumó un 0,30% y París un 0,26%. Curioso fue el caso de la Bolsa de Lisboa, que ganó más de un 2% pese a que ayer se conoció que su PIB había caído un 1,2% en el segundo trimestre del año. Tras el cierre del mercado, el primer ministro luso, el conservador Pedro Passos Coelho, anunció nuevas medidas de austeridad que supondrán un aumento de las cargas sociales de los trabajadores y un descenso de las que soportan la empresas. Las cotizaciones de ambos quedan ahora en el 18%.