La sincronizada pierde magia
La Federación prescinde de Ana Tarrés, la «Steve Jobs» de la sincronizada: una trabajadora hasta el límite con un palmarés mayúsculo
Actualizado: GuardarDesde finales del siglo pasado estructuró y puso los cimientos de un deporte del que nada se sabía en España. Anna Tarrés (Barcelona, 1967), el alma máter de la natación sincronizada, fue destituida este jueves, según informó la Federación Nacional de Natación. Por el momento las razones se desconocen, pues ni la misma Tarrés se lo esperaba: «Estaba pensando en qué preparar para el Mundial de Barcelona y veo que mi proyecto se ha truncado. Me ha cogido en frío», comentó a Mundo Deportivo la ya exseleccionadora.
Hace apenas un mes, Tarrés hacía una valoración muy positiva del trabajo realizado en los Juegos Olímpicos de Londres, donde se consiguió una medalla de plata en el dúo y una de bronce en el equipo. Pero la catalana llevaba más de una década imaginando coreografías para que los espectáculos de la natación sincronizada española siempre brillaran y deslumbraran. «Mi trayectoria está ahí y me respaldan los resultados, y aunque bien no me siento por el despido, mi carácter me impide sumirme en la desesperación». Confesó que había llamado a todas sus chicas para contarles la situación personalmente, y su forma de ver la vida le hará seguir para adelante a partir de ahora: «Siempre estoy motivada para trabajar», afirmó.
No sabe nada de quién recogerá toda la herencia que deja a su paso, pero sí espera que «sea la persona adecuada para continuar con esta línea de éxitos y de seriedad e implicación con el equipo». Y su agradecimiento a sus nadadoras, sus compañeras y a su cuerpo técnico sonó a triste despedida.
Constante innovación
Junto a ella marcó una época Gemma Mengual, pero superada la retirada de la pionera mucha era la cantera, que normalmente era ella quien se encargaba de rescatar de las piscinas de todo el país. Alba Cabello es una de ellas, y, aunque no quiso comentar la noticia a la espera de que se formalizara por parte de la Federación de Natación, tampoco se la esperaba.
Trabajadora hasta el límite, Tarrés era considerada la Steve Jobs de la sincronizada, como la definió su hermana Mar. De su cabeza y su imaginación han surgido los bailes y coreografías que siempre han brillado en las piscinas del mundo. Tan transgresora es en sus puestas en escena que en el último ejercicio obligó a las nadadoras a cortarse el pelo. El casquete del vestuario de «Océano» entraría mejor de esa forma.
Andrea Fuentes, que ganó cuatro medallas bajo sus órdenes, también destacaba esa ilusión por innovar que desprendía la entrenadora: «Tiene ese punto de Dalí». Mitad loca, mitad genio, pero a la que todos esperan que ponga su mente a trabajar. Ya no lo hará en la natación sincronizada, y esta se queda huérfana.