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Juan Manuel Santos anuncia el inicio de la conversaciones con las FARC. :: JAVIER CASELLA / EFE
MUNDO

Las FARC y el Gobierno colombiano abren un proceso de paz sin un alto el fuego

La 'hoja de ruta' fija como objetivo la reinserción de los guerrilleros y el resarcimiento de las víctimas

MILAGROS L. DE GUEREÑO CORRESPONSAL
LA HABANA.Actualizado:

Oslo acogerá durante la primera quincena de octubre un nuevo intento de proceso de paz entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno de Juan Manuel Santos. La capital de Noruega será testigo del arranque de las conversaciones entre ambas partes, que después continuarán en La Habana. Así lo anunciaron ayer Santos y un grupo de guerrilleros en sendas comparecencias ante la prensa. Sus mediadores han mantenido durante más de seis meses encuentros en la capital cubana, que fructificaron el pasado 26 de agosto con la firma de la 'hoja de ruta' para conseguir el final definitivo de la violencia.

Pese al proceso abierto, ninguna de las partes ha anunciado un alto el fuego. Santos dejó claro que mantendrá la presión militar y las FARC tampoco cesarán en sus acciones armadas. De hecho, ayer mismo, siete guerrilleros murieron y otros cinco fueron capturados en combates liberados en el centro del país sudamericano.

Este es el cuarto proceso de paz que se abre entre las dos partes desde que las FARC abrieron fuego en 1964. Será el primero que se celebre lejos de Colombia. Desde Bogotá y en una alocución televisada a la nación, Santos explicó que las negociaciones no se perpetuarán y que su duración se medirá «en meses» y no en años. Han aprendido del último intento, cuando las infructuosas conversaciones duraron cuatro años. Ahora lo tienen claro, si no hay avances no proseguirán.

El presidente colombiano solicitó a sus ciudadanos que mantengan «templanza, paciencia y fortaleza» ante los probables ataques de los guerrilleros y las posibles operaciones militares. Y es que las fuerzas armadas mantendrán «la misma o más intensidad» para contrarrestar las acciones de las FARC.

Mientras, en un vídeo de 20 minutos emitido en el Centro de Prensa Internacional de La Habana, Rodrigo Londoño Echeverri, alias 'Timochenko' y líder actual de la guerrilla, afirmó que pese al intento de firmar la paz, en la actualidad se sienten «asediados» por el Gobierno colombiano y por eso no cesarán sus acciones armadas para que no se creen «incentivos perversos» que presenten escenarios no deseados.

Desde la isla, seis miembros de las FARC -liderados por el comandante Mauricio Jaramillo- presentaron la grabación en la que 'Timochenko' desgranó los cinco puntos de la agenda fijada entre las dos partes. Entre ellos destaca la reinserción de los guerrilleros en la vida política y social del país, y el fiel objetivo de «resarcir a todas las víctimas».

Sin rencores ni arrogancias

'Timochenko' aseguró que las FARC encaran las conversaciones «sin rencores ni arrogancias» y con la intención de no levantarse hasta firmar la paz, que supondría el cese de sus acciones armadas y la entrega definitiva de las armas. En su opinión «la llave no reposa» en el bolsillo de Santos o del jefe de la guerrilla, sino que «su verdadero dueño es el pueblo». «La salida no es la guerra», subrayó. Muchos observadores creen que las FARC han buscado imponer sus plazos en el diálogo al adelantarse y comunicar su agenda. Otros creen que la filtración a la prensa de su acercamiento al Gobierno ya tenía este objetivo.

Ayer, el Centro de Prensa Internacional de La Habana convocó a los corresponsales con un breve comunicado de trece palabras. Pero la cita estaba prevista de antemano y el diario 'Granma' ya anunciaba la emisión de una «mesa redonda especial» sobre «un importante tema de la actualidad internacional». Poco después, era el mandatario colombiano quien colgaba un mensaje en su cuenta de Twitter: «hoy (por ayer) informaré al país sobre los avances en las conversaciones exploratorias con las FARC».

De momento, Cuba mantiene la misma postura que en otras ocasiones: ofrece su territorio y deja hablar a las partes. El Gobierno de Raúl Castro anunció que apoyará hasta el final este proceso y desveló que ha participado de «forma discreta y constructiva» en los primeros pasos.