FÚTBOL | PRIMERA DIVISIÓN

El Madrid gana pero no despierta

Le bastaron dos goles de un triste Cristiano, que no los celebró y se retiró lesionado, para sentenciar, con Modric, a un inocente Granada que acabó con diez

MADRID Actualizado: Guardar
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En nada se parece este Real Madrid al de la temporada pasada, que salía a arrollar a los rivales pequeños desde el primer minuto y no paraba de jugar al ataque hasta golear, para permitirse después descansar. Ahora es muy preocupante su desidia. Al parecer, su único interés y a lo que había dedicado sus escasas fuerzas en este arranque de curso era la Supercopa frente al Barça. Después será la ‘Champions’, su obsesión y principal objetivo en la tercera campaña de Mourinho. Sin ninguna motivación frente al Granada, se dedicó a sestear y ni siquiera le espoleó la titularidad de Modric, el croata que ha llegado para presionar al irregular Özil, aunque tienes tantos vaivenes como él y, en baja forma, entró en la misma dinámica de dejadez que sus compañeros hasta que ocupó su puesto el alemán.

Con la ley del mínimo esfuerzo, al Madrid le bastaron con dos goles de Cristiano Ronaldo, que sorprendentemente no celebró ninguno, para sentenciar en una tarde-noche plácida, y aburrida, a un Granada muy inocente que incluso se quedó con diez a falta de media hora. Acababa de marcar Cristiano el 2-0 y Borja Gómez se ganó la segunda amarilla con una falta al portugués, que se reencontró con el gol en la Liga pero tuvo que retirarse cojeando y con muy mala cara cuando quedaban 25 minutos. Ya tenía molestias musculares desde la vuelta de la Supercopa, y su muslo izquierdo no aguantó más. Se le ve triste al portugués, a quien le permitieron inaugurar el marcador entre Íñigo López y Toño, que se tragó el balón entre las piernas tras tocar ligeramente en el defensa. Una ayuda para Cristiano, al que se le ve demasiado triste, igual que a este Madrid que juega al tran-tran, a tirones, y le basta con apretar un poco arriba, frente a rivales inexistentes, para aprovecharse de las debilidades de las defensas o los porteros, como le ocurrió a Toño.

A pesar de que había interés por ver a Modric, que como mediapunta no se cansó de dar pases de gol en el arranque, el choque contra un enemigo tan inferior como el Granada no hacía presagiar un encuentro atractivo. Y el Madrid, lento hasta la desesperación y sin profundidad, se encargó de arruinarlo aún más con un fútbol ramplón y soporífero, sin enlazar apenas una jugada. Fue Modric, a quien Mourinho le quiere para forzar a que Özil se ponga las pilas, aunque también sustituirá a Xabi Alonso cuando el guipuzcoano no pueda jugar, el único que animó en principio tan soso encuentro. En el que el Madrid volvió a relajarse demasiado, como si no hubiese sufrido la dolorosa experiencia de Getafe. Pese a todo, goleó al Granada con lo mínimo, y pudo firmar más tantos, con un fútbol muy gris y sin ambición. El tercero, en posición ilegal, ya llegó cuando el Granada estaba completamente roto con diez, intentando defenderse de un equipo local que, contra diez, por fin se hizo con el balón y buscó con algo más ahínco, aunque escaso, la portería contraria.

Con su once habitual, salvo Modric por Özil y Callejón por Di María, y Benzema en el ataque tras el fracaso de Higuaín frente al Barça, el Madrid solo cumplió, beneficiado por un Granada que salió al Bernabéu derrotado de antemano y apenas inquietó a Casillas, salvo a balón parado. Los blancos se dieron cuenta de que no había rival y se lo tomaron con calma de principio a final, aunque aburrieron como antaño al Bernabéu, que comprobaron que este Madrid, tan lejano del de los récords, se va a dosificar demasiado en la Liga. Con la entrada de Özil e Higuaín en el segundo tiempo y la expulsión de Borja, el Madrid al menos pisó siempre campo contrario, pero es que el Granada no existía. Quizás hubiese sido hasta una buena oportunidad para intentar ‘revalorizar’ a Kaká, a quien Mourinho no dejó al final fuera de la convocatoria, porque el descartado fue Essien. El ghanés acaba de llegar y tampoco era cuestión de hundir aún más al brasileño, que ha reconocido que no ha recibido ninguna oferta para marcharse del Madrid. Un equipo excesivamente desconectado y frío que al menos ya ha sumado su primera victoria en la Liga, una competición que parece no ir este año con los blancos por lo demostrado en tres jornadas. Y no es solo un problema físico, sino, sobre todo, psicológico.