El panel deBolsa refleja la evolución del Ibex 35 durante la jornada. :: JUANJO MARTIN / EFE
Economia

La Bolsa cierra su mejor agosto desde 1993, ajena a una prima disparada

El diferencial del bono español con el alemán se dispara hasta superar los 550 puntos por la tensión ante la reunión del BCE este jueves

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La reforma financiera aprobada por el Gobierno, que regula la creación de un 'banco malo' para descargar a las entidades más problemáticas de sus activos 'tóxicos', propició ayer una subida del 3% en la Bolsa, impulsada por la banca. El Ibex-35 cerró así su mejor agosto desde 1993 con un alza del 10%, casi lo mismo que perdió en el mismo mes del año pasado. Pero esta euforia contrastó con la evolución de la prima de riesgo, que se disparó desde los 527 puntos hasta los 552, un nivel desconocido desde hace tres semanas. No hubo una causa clara para este exagerado y sorprendente repunte salvo la constatación de que la situación de España es cada vez más complicada por la carga de la banca y de las comunidades autónomas, mientras se acumulan las dudas sobre ese rescate 'blando' que se presenta como la única salida.

La prima de riesgo se mantuvo en torno a los 530 puntos durante toda la mañana, cerca de los 527 con que cerró el jueves. Fue a la tarde, en las dos últimas horas de negociación, cuando inició una escalada vertiginosa que le llevó a superar la barrera de los 550 puntos. Los bonos a diez años concluyeron la sesión al 6,86%, cada vez más cerca de la peligrosa cota del 7%. Los analistas consultados advierten de que el mercado está 'seco', sin liquidez, por lo que cualquier movimiento tiene mucho impacto. De hecho, se detectaron operaciones de venta del exterior que pudieron ser la causa del brusco ascenso.

En opinión de Julián Lirola, de Self Bank, el motivo del repunte de la prima de riesgo fue el déficit del Estado, que aunque se conoció ya cerrado el mercado se esperaba muy negativo dadas las horas a las que se convocó a los medios para su difusión. Los 'números rojos' se dispararon en julio hasta el 4,62% del PIB, lo que supone que en solo siete meses han superado el objetivo del 4,5% fijado para todo el ejercicio y ya ampliado por Bruselas. Cabe recordar que el cumplimiento de los compromisos de déficit es una condición indispensable para que España reciba tanto la ayuda para la banca como un futuro rescate.

Por otro lado, no hay que olvidar que el Estado es el que responde por la ayuda de hasta 100.000 millones de euros concedida por el Eurogrupo a la banca, en la medida en la que las inyecciones directas todavía no son más que un proyecto envuelto en la incertidumbre.

Por si no tuviese bastante el Tesoro, a la banca se suma el problema de las comunidades autónomas, lanzadas a una carrera para recibir dinero del fondo del Estado. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tuvo que dejar claro ayer que los 18.000 millones habilitados solo se pueden usar para atender vencimientos de deuda o financiar el déficit. Para terminar de complicar las cosas, S&P degradó a Cataluña a 'bono basura' después de que esta comunidad pidiese al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) 5.000 millones de euros y tras alertar de las tensiones que puede crear con el Estado su demanda de un pacto fiscal.

Dimisión de Weidmann

En estas circunstancias, España parece más dependiente que nunca de esa solución que se está negociando en Europa y que pasa por una acción coordinada entre el Banco Central Europeo (BCE) y los fondos de rescate europeos, a los que el Gobierno de Mariano Rajoy tendría que volver a pedir ayuda. En este sentido, ayer lo que más impacto tuvo fueron los crecientes rumores de que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, amenaza con dimitir si el presidente del BCE, Mario Draghi, sigue adelante con sus planes y se lanza a una compra masiva de bonos de España e Italia. «Lo que yo interpreto es que si va a dimitir es porque Merkel ha dado su respaldo a Draghi», apunta Ignacio Cantos, de ATL Capital. Sin embargo, otros analistas temen que Draghi se achante.

Lo que está claro es que dentro del instituto emisor se desarrolla una dura batalla cuyo resultado se conocerá en la esperada reunión de este jueves, cuando Draghi debe concretar el plan que anunció el 2 de agosto y que ha permitido a España e Italia vivir un mes de relativa calma después del tormentoso julio. Pero ya estamos en septiembre.