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«No hay un régimen que sea eterno»

Asentado en la defensa del diálogo, advierte de que en el país se libra la lucha por la nueva hegemonía mundial Qadri Jamil Viceministro sirio de Economía

DAMASCO. Actualizado: Guardar
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Por las mañanas ocupa el lujoso despacho que le corresponde como viceministro de Economía, pero por las tardes regresa a la sede del Partido de la Voluntad Popular. Qadri Jamil ha pasado de ser miembro de la oposición nacional siria a formar parte del Gobierno surgido de las urnas en mayo. Economista formado en Moscú y con un pasado ligado al comunismo en la región, su incorporación al Ejecutivo es considerada una señal de apertura debido a la postura crítica que mantiene con el régimen. Un discurso que le llevó la semana pasada en Rusia a plantear un futuro sin Bashar el-Asad.

-Sus palabras sobre la posible salida del presidente del poder fueron muy polémicas, ¿se reafirma?

-Hubo una gran manipulación de lo que dije porque el mensaje central era que no aceptamos sentarnos a una mesa a dialogar con condiciones previas. La oposición quiere apartar a Bashar antes de cualquier negociación y eso es lo mismo que decir que rechazan las conversaciones.

-¿Imagina una Siria sin El-Asad como jefe de Estado?

-Bashar no ha estado toda la vida en el poder y no hay régimen que sea eterno. El presidente ha dejado de ser tabú para los sirios.

-¿Qué siente cuando escucha los bombardeos diarios sobre el extrarradio de Damasco?

-Un gran dolor porque alejan la solución política.

-El presidente advirtió de que el conflicto será largo, ¿hasta cuándo puede aguantar el país esta situación?

-El Ejército y el pueblo están cansados. La única oportunidad que tenemos es tratar de aislar a los extremistas de ambos bandos que solo confían en la vía militar. Régimen y oposición se encuentran en un momento de uso máximo de la violencia.

-En los foros internacionales, sin embargo, todas las partes hablan de la necesidad de dialogar.

-Cuanto más hablan, más intenso es el combate. El diálogo es peligroso para aquellos que solo optan por la vía armada.

-¿Tiene fuerza suficiente el régimen para sobrevivir?

-El Gobierno está pagando la poca libertad de la que ha disfrutado el país en las últimas décadas. Hay que elevar el nivel de libertades políticas de la población, una tarea que no se puede hacer de la noche a la mañana. Trabajamos para que la crisis pase de la fase militar a la política.

-¿Es posible este cambio después de tantos miles de muertos?

-Hay que intentarlo porque del futuro de Siria depende el nuevo sistema mundial. Han terminado los años de un mundo unipolar y se atisban cambios. En Siria se libra la lucha por la nueva hegemonía.