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Estudiantes extranjeros en un campus londinense. :: AFP
MUNDO

Londres anula la admisión de extranjeros a una universidad

Casi 3.000 alumnos no comunitarios tendrán que buscar plaza en otro centro en 60 días para evitar la deportación

LOURDES GÓMEZ
LONDRES.Actualizado:

La agencia británica de Inmigración retiró ayer la licencia a la Universidad Metropolitana de Londres (MET) para matricular a extranjeros a partir del curso que comienza este otoño tras descubrir irregularidades en la situación de algunos alumnos. La medida afecta a unos 2.700 estudiantes de países fuera de la Unión Europea que ya han comenzado sus carreras universitarias años atrás o tenían previsto empezar los estudios este mes. Todos ellos corren el riesgo de ser deportados si no encuentran plaza en otra institución académica de Reino Unido en un plazo de 60 días.

Es la primera vez que una institución universitaria estatal se ve tan drásticamente perjudicada por la política anti-inmigración del Gobierno de coalición entre conservadores y liberal-demócratas. En el objetivo del primer ministro David Cameron está el reducir a «decenas de miles» la tasa de migración neta anual, que en 2011 se situó en 216.000, según datos anunciados ayer. Las mismas estadísticas indican que el número de visados concedidos a extranjeros para estudiar en el país cayó un 21% el pasado junio respecto al año anterior.

Las universidades británicas dependen de los extranjeros para hacer balance de sus cuentas financieras. En el curso 2010-11, este grupo representaba el 11% del total de los estudiantes de terciaria, pero su contribución a los ingresos globales del sector se disparó al 32%. Esto es debido a las elevadas tasas impuestas a los no europeos, que parten de un mínimo de 16.000 euros al año. Una vez contados los gastos generales -por vivienda y manutención, principalmente- la aportación a la economía británica de este sector de alumnos se calcula en unos 6.000 millones de euros anuales.

Pero el Gobierno ha identificado los estudios como «uno de los más importantes coladeros del sistema de inmigración». Una vía, en definitiva, para trabajar en Reino Unido con el aval de una institución de terciaria con licencia para reclutar candidatos en ultramar y agilizar los trámites del visado. Las primeras inspecciones de la agencia de Inmigración se centraron en el sector privado y más de 500 colegios o facultades han perdido su licencia en los últimos años.

La Met llevaba seis meses bajo vigilancia. Los inspectores de Inmigración detectaron tres tipos de infracciones: algunos estudiantes sin los debidos permisos de residencia, otros sin el conocimiento adecuado de inglés y un numeroso grupo de matriculados sobre los que la institución desconoce si asisten o no a las clases. La agencia justificó ayer su decisión de revocar la licencia de la institución londinense en el fracaso de sus administradores para corregir «serios y sistemáticos fallos» desde el pasado marzo.

El rector de la Met, Malcolm Gillies, piensa recurrir la tajante resolución que castiga a todos los extranjeros por las irregularidades de una minoría. La retirada de la licencia supone una prohibición total para formar estudiantes internacionales en su sede del este de Londres, abriendo un agujero en las finanzas en torno a los 36 millones de euros. Gillies teme por el futuro económico de su organización y no descarta que los alumnos ya matriculados para el presente curso demanden además a la propia universidad. Los licenciados, a su vez, pueden encontrarse con que ahora tienen un título desprestigiado.