Sociedad

Una única pastilla contra el sida

El ensayo en 4.800 pacientes que no habían recibido nunca tratamiento logró un éxito entre el 88% y el 90% de los casos EE UU aprueba la píldora Stribild, que reúne cuatro fármacos en una sola dosis diaria

MADRID. Actualizado: Guardar
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Una sola píldora. Este podría ser el futuro tratamiento de muchos de los enfermos de sida que en la actualidad están tomando hasta ocho pastillas. La Administración de Fármacos y Alimentos de EE UU (FDA con sus siglas en inglés) acaba de aprobar un medicamento, el Stribild, que combina dos tipos de fármacos ya aprobados en 2004, emtricitabina y tenofovir disoproxil fumarato -actualmente agrupados en un solo medicamento llamado Truvada- y otros dos nuevos, elvitegravir y cobicistat. El nuevo fármaco, fabricado por la empresa Gilead Sciences de California, fue probado en más de 1.400 personas en dos ensayos clínicos, en los que ni pacientes ni equipo médico sabían qué persona formaba parte del grupo de control y cuál del grupo experimental hasta la hora del registro de los casos. Los resultados concluyeron que entre el 88% y el 90% de los pacientes mostraron cantidades «indetectables» de VIH en sangre después de 48 semanas de tratamiento.

Los afectados que se sometieron al procedimiento fueron adultos que no se habían tratado previamente, y desde la FDA se advierte que se requieren más estudios para determinar su seguridad en mujeres y niños, cómo puede desarrollar resistencia al virus y si puede interactuar con otros medicamentos.

«A través de la investigación continua y el desarrollo de fármacos, el tratamiento para las personas infectadas con el VIH ha evolucionado de varias píldoras diarias a una sola pastilla», celebró en un comunicado uno de los responsables de la oficina de evaluación de nuevos fármacos de la FDA, Edward Cox, quien considera que la nueva combinación «simplifica los regímenes de tratamiento» para quienes se encuentran en su primera fase contra el VIH. «Supone un avance para la comunidad y ayuda a la calidad de vida de los afectados, eso es indudable», concuerda desde España Juan Ramón Barrios, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Coordinadora Estatal de VIH-Sida (Cesida).

Stribild es la tercera píldora única que combina terapias antisida, ya que cada paciente necesita un tipo de medicación diferente según el caso: «El virus que se transmite de una persona a otra tiene memoria de las resistencias adquiridas en anteriores tratamientos, así que hay que adecuar el tratamiento a cada caso», explica Barrios.

Uno de los componentes que se incluyen en el fármaco es Truvada, que en julio aprobó el mismo organismo para su comercialización con fines preventivos, ya que se observó en varios estudios que reduce el riesgo de contagio hasta en un 75%. La pastilla suscitó gran polémica por la posibilidad de que aumenten las prácticas de riesgo debido a su uso. En opinión del representante de Cesida, «habría que estudiar los casos en los que es favorable este tipo de tratamiento, pero personalmente creo que se debería alentar más la educación en estos aspectos».

Sin embargo no todo son ventajas: se ha demostrado que el nuevo fármaco tiene varios efectos secundarios, entre los más comunes, las náuseas y la diarrea. Además se comprobó que puede agravar problemas de hígado y favorecer la acumulación de ácido láctico en la sangre, además de debilitar los huesos y empeorar problemas de riñón. Sin embargo desde la empresa farmacéutica se tranquiliza a la población: «La mayoría de los efectos adversos fueron leves o moderados».

Comercialización

Esta enfermedad se ha convertido en una pandemia en países subdesarrollados, sobre todo los situados en el sur del continente africano. La llegada de la medicación a estas zonas, donde hay millones de afectados, puede verse bastante retrasada debido a la incapacidad de muchos gobiernos para pagar las patentes necesarias para comercializar el fármaco.

En cuanto a su comercialización en España, Barrios es escéptico: «Es posible que tarde un par de años en llegar. De hecho, con la situación económica y los recortes en sanidad este periodo puede alargarse». La compañía afirmó tras hacer públicos los resultados que aún buscan su aprobación para comercializar el fármaco en Australia, Canadá y la Unión Europea.