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MUNDO

Tampa se mueve a ritmo de salsa

M. GALLEGO
TAMPA.Actualizado:

La cita era en el número 2010 de la República de Cuba, y el nombre de la fiesta, 'Nuestra Noche'. Las estrellas se llamaban Marco Rubio o Susana Martínez, pero pese a alguna otra guayabera perdida la mayor parte de los asistentes se quedaron pensando qué habían dicho. «Hemos cogido la frase Casa Blanca», escribió orgulloso un bloguero de 'The Washington Post'.

El acto organizado por uno de los lobbistas más importantes de Washington para impulsar el ascenso de los políticos hispanos ocupaba uno de los edificios históricos más bellos de Tampa y repartía alcohol y canapés por doquier, pero solo reflejaba el déficit republicano entre los hispanos. «¿Hay miembros de la prensa aquí?», preguntó el senador Rubio. «Pues aseguraos de contar que los republicanos sabemos divertirnos». Bailes y euforia no faltaban, incluso después de que se marcharan los hijos de Mitt Romney, que hicieron acto de presencia para demostrar que Craig Romney aprendió español como misionero en Chile. Lo que faltaba era un poco de sensibilidad hispana.

Jon Little, activista republicano, decía haber escuchado con especial interés a Martínez, la primera gobernadora hispana de Nuevo México, «porque al estar al mando de un estado fronterizo sabe cómo lidiar con el problema de la inmigración». La protegida del Tea Party no habló de sus fórmulas para defender la frontera, que Little presume como una política de «grandes puertas y amplias vallas». Para este votante republicano de hueso colorado el ejemplo que los hispanos deben seguir es el de los cubanoamericanos que suelen votar por el partido conservador. «Ellos vienen huyendo de una dictadura socialista, por eso valoran tanto la libertad y el capitalismo. Saben que en EE UU puedes tener éxito si trabajas duro».

Duro trabajan también los mexicanos que cruzan el desierto, arriesgando su vida igual que los balseros, pero a diferencia de estos no obtienen asilo político nada más poner pie en EE UU. De ellos son los votos que necesitan los republicanos. El camino a la Casa Blanca ya no pasa solo por Florida, sino también por Nevada y Colorado.