Una educación despolitizada y con más recursos económicos

Un sistema educativo estable y ajeno a los vaivenes políticos. Aulas con menos alumnos y más recursos. Una mayor racionalización en el precio de los libros de texto. O un carné por puntos sobre la conducta en los centros escolares. No se trata de las nuevas medidas sobre la enseñanza anunciadas por el Gobierno. Ni tampoco de iniciativas de la oposición. Son algunas de las propuestas de los ciudadanos -profesores, padres, alumnos- incluidas en los 928 correos electrónicos enviados al Ministerio de Educación durante el mes de julio y que el organismo resumió este miércoles.

El ministro del ramo, José Ignacio Wert, inmerso en la reforma educativa, pidió la colaboración de la sociedad para aportar ideas sobre el sistema de enseñanza no universitario. Y ésta ha respondido con sentido común, pero también con espíritu crítico. Los ciudadanos muestran su hartazgo por los cambios legislativos que acompañan a cada mudanza en la Moncloa. Por eso muestran su «preocupación» por las continuas reformas educativas que en muchos casos no tienen tiempo ni de ser implementadas. Piden un sistema educativo independiente de las «vicisitudes políticas» consensuado con el sector y ponen como ejemplos modelos como el alemán o el finlandés.

Una de las ideas que se repite para mejorar el sistema es dotarlo de más recursos económicos, humanos y materiales. Una petición que contrasta con la política de recortes de 3.000 millones de euros en educación aprobado por el Gobierno este año y que, entre otras cosas, reduce considerablemente el número de profesores interinos. Estos ajustes fueron aprobados en el decreto de medidas urgentes de abril que también permitió aumentar la ratio de alumnos por aula hasta un 20%. Una medida criticada por sindicatos y que también es denunciada en muchos de los mensajes recibidos en el Ministerio porque que la consideran «contraria a la calidad de la enseñanza».

Mejor acogida tiene la intención del Ejecutivo de adelantar los itinerarios en 3º ESO o 2º ESO para que los alumnos enfoquen sus estudios al Bachillerato o a la Formación Profesional. En las aportaciones recibidas en Educación se advierte sobre la necesidad de mantener la posibilidad de cambiar de itinerario ya que a esas edades los alumnos pueden no tener todavía la suficiente «madurez vocacional». Una de las propuestas más llamativas y originales tiene que ver con un carné por puntos en educación, en el que se supone se restarían en función de las infracciones. Otras aportaciones para mejorar la disciplina en los centros consiste en expulsiones con servicios a la sociedad, algo que solo podría dictaminar un juez.

La crisis económica convierte la compra de material escolar en un esfuerzo mayúsculo. De hecho, el elevado precio de los libros de texto también es objeto de debate con la idea racionalizar su coste. Para lograrlo proponen fomentar el sistema de préstamo y trueques, además impulsar el cheque escolar.

Abandono escolar

Para incentivar la cultura del esfuerzo, verdadero 'leitmotiv' del Gobierno, proponen métodos de motivación al alumnado desde establecimientos de premios económicos para los estudiantes con mayor rendimiento académico hasta un sistema de puntos para recibir ayudas. Pero si hay algo que realmente suspende en el sistema educativo es el idioma extranjero. Por eso muchas de las aportaciones giran sobre la necesidad de impulsar los programas bilingües, donde es fundamental la «formación del profesorado». Reducir la elevada tasa de abandono escolar en España del 26,4%, más del doble de la UE (15%), es uno de los objetivos del Gobierno. Para mejorar los datos en el informe PISA el ministerio anunció que reforzará, sobre todo en Secundaria, las materias instrumentales como Matemáticas y Lengua española y extranjera. Estas asignaturas aumentarán sus horas lectivas hasta un 25% en detrimento de las optativas. Pues bien, hay quejas sobre la reducción de horas en asignaturas como música o filosofía.

Entre las cientos de propuestas, algunas son bastante controvertidas, como la legalización del 'homeschooling', o educación en casa. Lo partidarios alegan que ayudaría a implicar a la familia en la enseñanza de sus hijos y además permitiría «ahorrar» costes a la administración. El buzón del ministerio sigue abierto, por lo que todo el mundo puede aportar su granito de arena para proponer sus mejoras en el sistema educativo. Habrá que esperar para saber si el Gobierno escucha.