Críticas a Rajoy por aplazar la toma de decisiones clave
Los profesores Fernández-Villaverde y Garicano le acusan de esperar que los problemas se disuelvan solos
MADRID.Actualizado:Los economistas españoles Jesús Fernández-Villaverde y Luis Garicano, profesores de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) y de la London School of Economics respectivamente, colaboradores también de Fedea, critican al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, por su creencia de que los problemas no se resuelven, sino que se «disuelven por si mismos a base de paciencia». Y le acusan de haber aplicado esta política a la gestión de la crisis económica con «resultados catastróficos».
Tras citar como ejemplo el retraso de seis meses en los primeros Presupuestos del Estado de su mandato, censuran que el Gobierno del dirigente del PP siga ahora a la espera de conocer la política de actuación del Banco Central Europeo, al tiempo que retrasa la puesta en marcha de reformas imprescindibles.
En un artículo de opinión publicado por el Financial Times bajo el título 'Rajoy debe aprobar un plan radical para España'los economistas advierten de que la estrategia del presidente «es un camino a ninguna parte» y le recuerdan que mientras el Gobierno «permite que la situación de bancos y comunidades autónomas se siga deteriorando», la recesión se profundiza, aumenta la morosidad y la confianza pública se hunde. Recuerdan que, solo el pasado mes, el importe de los préstamos dudosos superó los 8.000 millones de euros.
Un farol
Los firmantes del artículo critican duramente la estrategia seguida por el Ejecutivo de Rajoy en Europa, donde ha tratado de «conseguir financiación incondicionada» amenazando al BCE con hacer caer el euro. «Era un farol», acusan, para recordar a continuación que no se puede jugar a ver quien puede más cuando una persona conduce un coche y su rival, un tanque.
Ante esta situación, aconsejan al Ejecutivo acometer un «cambio radical» que pase por asegurar la «capacidad de resistencia» del sistema financiero, diseñar una reestructuración «rápida pero ordenada» de la deuda insolvente de la Administración pública (incluyendo corporaciones estatales, bancos y comunidades autónomas), y seguir el consejo del BCE e imponer «pérdidas sustanciales» a todos los acreedores de las instituciones insolventes.
Por todo ello instan al Gobierno a «abandonar las tentaciones populistas» y a reemprender un programa de reformas «económicas reales». Puesto que los españoles no perciben diferencias entre los recortes presupuestarios y las reformas estructurales, argumentan, «la crisis económica se está convirtiendo rápidamente en una crisis constitucional» y «algunas regiones empiezan a plantearse dar un impulso decidido hacia la independencia».
En el ámbito financiero, celebran que finalmente España vaya a recibir un «crédito razonable» para reestructurar el sector financiero y que vaya a crear un 'banco malo'.