Bajo la lupa del fisco

Que no se cuele nadie y, sobre todo, que en tiempos de crisis nadie se vaya de rositas sin pagar. La Agencia Tributaria ha dado orden a sus inspectores para que escudriñen en las Declaraciones de la Renta del año 2008 para detectar fraudes ocultos. La razón es bien sencilla: las irregularidades que se cometiesen en ese periodo habrán prescrito en 2013 algo que, sobre todo en tiempos de crisis, no está dispuesto a tolerar el Ejecutivo. La Agencia Tributaria pretende de esta forma dar un aviso a navegantes que se hace muy necesario cuando se están produciendo ajustes en todos los sectores y cuando toda la sociedad está recibiendo el bofetón de la crisis: no habrá inmunidad para quien defraude al fisco.

Los inspectores tendrán que analizar las declaraciones de una España que no era la de ahora. La borrachera inmobiliaria de aquellos años despertó en muchos la tentación del pelotazo y el dinero rápido. Los que consiguieran engañar a la Hacienda Pública con esas artimañas tendrán ahora que vérselas de nuevo con estos 'hombres de negro' que dispondrán, además, de la posibilidad de comprobar en las bases de datos el uso que se dio al dinero recibido. Y es que en 2012 ya pueden saber si el dinero que se pidió en esas fechas en la hipoteca se destinó realmente a la compraventa de la casa o se le dio otros usos.

Lo cierto es que en época de vacas flacas se debe mirar hasta el último céntimo. Y si se puede incluso repasar las facturas pasadas y encontrar más, mejor que mejor.

Por otra parte, los inspectores ya han constatado cómo, con la crisis, se ha reducido enormemente su volumen de trabajo. No en balde, las 449.643 declaraciones de la renta que se han presentado este año (correspondientes al ejercicio 2011) suponen 11.385 menos que las presentadas hace solo un año. El parón económico se ve reflejado en todos los números y en todos los sectores. Donde no están dispuestos a que se note también, es en el aumento de la picaresca. Trabajo no les falta, sobre todo a la hora de analizar los alquileres no declarados, donde nuestra provincia tiene el triste honor de figurar en el tercer lugar en el índice de no declarantes.