Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Sociedad

Bendita ignorancia

Un libro desengaña a los lectores de creencias populares

PILAR MANZANARES
MADRID.Actualizado:

Cuando películas como 'Los animales son gente maravillosa' y folletos turísticos de safaris a África nos tenían convencidos de que los elefantes se emborrachan al comer el fruto fermentado del árbol marula, llegan John Lloyd y John Mitchinson y nos dicen que eso es ¡falso! Tanto como que Molotov inventó el cóctel que lleva su apodo o que Napoleón era bajito.

Pero, ¿quiénes son estos genios que nos hacen descubrir nuestra ignorancia? Pues ni más ni menos que los cerebros del famoso programa de la BBC 'QI' (Quite Interesting), en antena desde 2003. El divertido 'quiz-show' de 30 minutos conducido por el actor y cómico británico Stephen Fry conquista a la audiencia con su juego estilo Trivial y el humor de un equipo que, programa a programa, descubre todo aquello que creíamos saber y que, en realidad, no son más que mentiras.

Manual para curiosos

Como en el anterior, «El nuevo pequeño gran libro de la ignorancia" da respuesta a 170 preguntas. Algunas tan insólitas como «¿cuándo empezaron las mujeres a presumir de canalillo?» o «¿cómo podemos saber si alguien se alegra realmente de vernos?». Otras, con respuestas que, al final, no son nada evidentes, o ¿aún piensa que las herramientas de la Edad de Bronce estaban hechas de esa aleación?

A pesar de que 'los dos Johnnies', como se hacen llamar los autores, creyeron que con el tomo publicado en 2006 habían agotado el filón, ahora vuelven a demostrar que tampoco aquello era cierto: «Cuatro años después, cuatro temporadas más tarde, disponemos de tal cantidad de incultura que hemos tenido que esforzarnos en recortarla drásticamente para hacer de este un volumen manejable», afirman.

Perfecto para el verano, para presumir de ingenio, apostar con los amigos e incluso para no cometer errores. Si le pica una medusa, no se le ocurra orinar sobre la zona afectada porque, lejos de ciertas leyendas urbanas, empeorará mucho más las cosas.

Saber de una sentada que en el Imperio Romano la lengua más hablada era el griego vulgar, que las pelotas que más rebotan son las de vidrio y no las de goma o que las probabilidades de sobrevivir a un accidente de avión son elevadas, sobre todo si se viaja en asientos baratos, puede dejar al lector boquiabierto. Pero aún se sorprenderá más con las abundantes explicaciones científicas, lingüísticas e históricas que desmontan cada creencia o mito.

Un himno para España

Entre las curiosidades más destacables hay una que merece especial atención. Todos los españoles saben que el himno nacional, 'La marcha real', no tiene letra -se eliminó en el 75 a la muerte de Franco y el intento de 2007 por ponerle otra duró 5 días-. Pero, ¿saben que hay otro país que en su himno nacional rinde pleitesía al rey de España (a pesar de que desde hace 350 años no son sus súbditos)? Se trata del de los Países Bajos, data de 1574 (es el más antiguo del mundo) y dice así: «Guillermo soy de nombre/ de Nassau, señor/ en su patria no hay hombre/ más fiel, con más fervor./

Sin tacha, nada empaña/ de Orange mi blasón,/ al rey señor de España/ rendí yo siempre honor».

Y ahora, si es de los que opinan que la curiosidad mató al gato, valore con todo lo desvelado si merece la pena arriesgarse o prefiere ponerle cascabeles a las tapas de este libro.