La Justicia australiana falla a favor de las cajetillas de tabaco sin marca
La industria tabaquera dice que es una victoria parcial y aduce que dará ventajas al contrabando y el crimen organizado
SÍDNEY.Actualizado:Nuevo golpe a la industria tabaquera. Esta vez ha sido en Australia, donde la justicia ha desestimado la demanda presentada por varias empresas contra la obligación de vender cajetillas genéricas de cigarrillos, sin marca ni logo. El litigio aún no ha terminado, pues la poderosa Philip Morris promete dar la batalla en los tribunales y acudir a la jurisdicción internacional. El Tribunal Superior, cuyos fallos no pueden ser recurridos, decidió que la nueva ley no era contraria al espíritu de la Constitución australiana y rechazó el recurso de Philip Morris, British American Tobacco (BAT), Japan Tobacco International e Imperial Tobacco. Por añadidura, las compañías tendrán que abonar los costas judiciales.
De esta manera, a partir del 1 de diciembre, los cigarrillos distribuidos en Australia serán vendidos en paquetes con diseño y forma idénticos para todas las marcas. Las cajetillas tendrán un color verde oscuro y estarán cubiertas por las advertencias habituales. Tendrán como único elemento distintivo la marca y el nombre del producto, impresos, no obstante, con los mismos caracteres. Además, las recomendaciones de las autoridades sanitarias irán ilustradas con tumores cancerígenos y bebés enfermos que ocuparán el 75% de la parte frontal de los envoltorios y el 90% de la posterior. Adiós, pues, a los recursos del marketing y a los sugestivos diseños que actúan como cebo para el consumidor. Dar una calada cada vez tiene menos glamur.
Los fabricantes están furiosos y ponen en duda la legitimidad de medida. Argumentan que la erradicación de las marcas viola el derecho de propiedad intelectual y concede a los falsificadores más facilidades para copiar los paquetes.
«Es un giro para el control del tabaco en el mundo. Los gobiernos del mundo entero observan con mucho interés lo que pasa sobre este asunto en Australia y algunos podrían seguir nuestros pasos», adujo la ministra de Justicia, Nicola Roxon. La titular del departamento citó, entre otros, los ejemplos de Canadá, Nueva Zelanda y varios países de la Unión Europea. «El mensaje enviado al resto del mundo es que la industria del tabaco puede ser vencida», dijo la ministra con un sentimiento de triunfalismo.
Para los directivos de British American Tobacco la ley engordará el mercado negro, propiciará la falsificación de cajetillas y el contrabando y el único beneficiario será «el crimen organizado».
Juicios pendientes
Aún menos conciliadora se mostró su rival Philip Morris, que aseguró que emprenderá acciones judiciales en Hong Kong porque la decisión de la alta corte vulnera un tratado de inversión bilateral firmado entre Australia y el territorio chino. «La legalidad del paquete genérico quedará en suspenso y será examinada en otros procesos judiciales en curso», aseveró Chris Argente, portavoz de la tabaquera. A su juicio, «todavía hay un largo camino que recorrer antes de que todas las cuestiones legales sobre la cajetilla genérica sean completamente estudiadas y que encuentren respuestas».
Unos 15.000 australianos mueren cada año por enfermedades relacionadas con el tabaco, lo que cuesta 31.500 millones de dólares australianos (unos 26.925 millones de euros) al país, teniendo en cuenta la atención médica y la pérdida de productividad.
La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, celebró esta «histórica» decisión de la justicia australiana y dijo esperar que tenga un «efecto dominó» en otros países. En un comunicado difundido ayer, estimó que con «la victoria australiana, la sanidad pública entra en un nuevo y valiente mundo por el control del tabaquismo».
Después de tener noticia del veredicto, el presidente del Consejo de Tabaco y Salud, Mike Daube, aseveró que se trata de «una victoria masiva para la salud pública» y «la peor derrota de la industria tabaquera mundial». Daube, que encabezó el comité que asesoró al Gobierno sobre la ley, recordó que «las compañías se han opuesto al empaquetado homogéneo con más ferocidad que contra cualquier otra medida».