Agentes de paisano custodian el cadáver de Zhou Kehua . :: AFP
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El asesino más buscado de China muere en un tiroteo con la Policía

La inmensa operación de captura concluye en la localidad natal del criminal, Chongqing, donde Zhou Kehua se enfrentó a los agentes

YINCHUAN. Actualizado: Guardar
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Zhou Kehua mataba a sus víctimas de un balazo en la cabeza, y él ha corrido la misma suerte. Según la versión oficial, ayer, a las 6.50 horas, varios agentes de la Policía de Chongqing -dos, según algunas fuentes- dieron con él en una fábrica de pieles de la zona de Tongjiaqiao. Al sentirse perseguido, Zhou se dio la vuelta y disparó tres veces. Los policías de paisano, uno de los cuales resultó herido leve, no dudaron a la hora de apretar el gatillo para cerrar los ocho años de infructuosa investigación en los que el asesino más buscado de China ha matado a nueve personas y ha herido a cinco más. Dispararon cuatro balas e hicieron diana. Zhou quedó tendido en el suelo sobre un charco de sangre. A su lado quedaron las dos pistolas que ha utilizado para llevar a cabo sus macabros robos.

Según representantes de la Policía, entrevistados por el canal estatal CCTV, la gran cacería que se organizó el pasado día 10, cuando Zhou cometió su último asesinato, no fue más que una farsa. La intención del despliegue de miles de policías y efectivos del Ejército en la montaña de Gele, donde podría haber estado escondido durante meses, era hacerle sentir seguro en la ciudad, donde ya había sido localizado gracias a las cámaras de vigilancia de una tienda.

Aunque la mayoría de los chinos aplauden la operación, algunos ya han mostrado sus dudas acerca de la versión oficial. Apuntan a la fotografía en la que se ve el cuerpo inerte de Zhou: aunque la sangre continúa brotando de su cabeza, las armas están ya cuidadosamente colocadas junto al resto de sus pertenencias y, además, en una de las imágenes se ve a alguien manipulándolas sin siquiera llevar puestos guantes.

«Lo han ejecutado y no tienen intención de guardar evidencias», sentenciaba ayer un internauta. . Sin duda, muchas claves de este intrigante caso no se resolverán jamás. Eso sí, ahora la población china ya podrá ir a sacar dinero del banco más tranquila. Zhou esperaba a sus víctimas a la salida de entidades financieras o cajeros automáticos, les robaba grandes cantidades de dinero -no se sabe cómo elegía siempre a quienes habían retirado mucho efectivo- y luego las mataba de un tiro en la cabeza.