Un récord Guinnes que agoniza
La celebración de las barbacoas del Trofeo Carranza ha entrado en decadencia después de años de euforia y graves molestias. La fiesta se apaga
Actualizado:Todo empezó como un reto. Un intento por entrar en el libro Guinnes de los Récords por la puerta grande. El propio Ayuntamiento de Cádiz impulsó a finales de los noventa una tradición durante el Trofeo Carranza que se ha ido esfumando con el tiempo como el humo de las brasas. El Consistorio alentó la denominada noche de las barbacoas que tuvo su mayor exponente en el 2005, cuando 250.000 personas se presentaron en la playa de La Victoria con ganas de fiesta. El festejo se había ido de las manos y lo que empezó como una fiesta familiar acabó como un macrobotellón en la arena. Cinco años después de este Guinnes mundial, las barbacoas del Carranza han entrado en fase de extinción. Los mismos que propagaron su difusión son ahora quienes le han cortado las alas a este evento que, en los últimos años, ha generado más problemas que alegrías a los gaditanos. Para botón, una muestra. La playa de La Victoria perdió en 2011 su bandera azul, debido a los análisis practicados a las aguas justo al día siguiente de la celebración de las barbacoas en agosto de 2010. Ese año se concentraron 55.000 personas en la arena, nada que ver con los registros de otras ediciones. Las barbacoas han sido un quebradero de cabeza para las administraciones públicas que, inicialmente, tuvieron que combatir una tradición poco saludable como era evitar que los vecinos acamparan en la playa con todo tipo de enseres. Las medidas implantadas durante los cuatro últimos años han acabado con la concentración masiva en La Victoria y con la llegada a Cádiz de cientos de jóvenes preparados con alcohol para una noche de juerga. El Ayuntamiento y la Demarcación de Costas, además de la Delegación Provincial de Medio Ambiente han ido acotando el terreno año tras año hasta concentrarlo en dos módulos de la playa. No hay mayor eficacia que poner cortapisas para eliminar un festejo que se había desmadrado. Las barbacoas del Carranza ya son historia de Cádiz.