trofeo carranza

El Nacional se lleva el título a Portugal tras ganar al Rayo Vallecano

Los lusos, con un juego vistoso y alegre, se imponen a los ‘hermanos’ rayistas y celebran el título con el prestigio que se merece el campeonato

CÁDIZ Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Nacional de Madeira se cuela en la fiesta de la hermandad y con un juego vistoso y alegre se hace con el Trofeo Carranza de forma sorprendente. Los lusos han sido los que han dado más valor a esa copa y se la llevan merecidamente.

Al igual que sucedió en la semifinal ante el Cádiz, el Rayo Vallecano salió al terreno de juego con una pájara notoria y esa situación la aprovechó el equipo portugués para adelantarse en el marcador. Isael se hizo con el cuero en el interior del área, recortó y puso el balón lejos del alcance del guardameta Rubén. Era el tercer minuto y los madrileños se volvían a colocar por detrás en el electrónico. Eso sí, todo hacía pensar que se iba a vivir otro partido lleno de dianas.

A través de Nicki Bille puso el Rayo en aprietos a Vladan, pero el intento del delantero se marchó cerca de la escuadra. Lass y José Carlos habían aportado su ‘granito’ de arena en la primera jugada de peligro de los rayistas.

Sin embargo, el Nacional de Madeira merodeaba con frecuencia el área franjirroja y, una vez más, la defensa madrileña se mostraba insegura. Los centrales Gálvez y Amat no se compenetraban, mientras que Tito y Casado no terminaban de cerrar sus bandas. El resultado era claro: cada aproximación de los hombres de Pedro Caixinha causaba la intranquilidad en los seguidores franjirrojos que ayer se dieron cita en el estadio Ramón de Carranza.

Ahora bien, la zaga lusa y el meta Vladan se encargaron de poner ‘picante’ a la final con una indecisión que casi acaba con el balón en la red. El portero Vladan despejó mal una cesión y el empate estuvo a punto de hacerse realidad. Y, por si fuera poco, Lass y Diego se enzarzaban tras una acción y una trifulca puso más morbo a un Trofeo en el que hubo de todo. Menos público, claro.

A partir de este momento, Delgado Ferreiro sacó una pistola y comenzó a acribillar a los jugadores a base de tarjetas, con la intención de que no se le escapara el partido de sus manos. Entonces el Nacional tomó el timón del encuentro, demostrando estar más rodado. El desconcierto del Rayo era notorio y en una de esas, Isael, estuvo a punto de hacer el segundo pero su disparo se estrelló en el poste de la meta defendida por Rubén.

Fueron los peores minutos de los madrileños, pues los portugueses apretaban y pudieron sentenciar el duelo en dos ocasiones.

No obstante, la esperanza vallecana llegó en el último suspiro del primer tiempo. Una falta botada por Casado desde la frontal no pudo interceptarla Vladan y allí estaba Adrián, con la escopeta cargada, para enviar el balón al fondo de las mallas.

Se llegaba al descanso de un partido intenso en el que ambos demostraban que querían llevarse la copa a sus vitrinas.

La segunda mitad empezó como la primera, con el Nacional poniéndose por delante en el luminoso. Por enésima vez en este Trofeo, los portugueses demostraron un amplio abanico de opciones a la hora de sacar faltas, y así llegó el segundo en el 55. Revson, libre de marca, remató una falta lateral y Rubén, pese a su estirada, no pudo evitar el tanto.

El Rayo reaccionó de inmediato. Cuatro minutos más tarde, Lass se internó por la izquierda y lanzó un disparo envenenado que chocó con la base del poste. El toma y daca era constante. Rondón lo intentó con un remate de tijera pero el cuero se marchó arriba. Paco Jémez buscaba soluciones en el banquillo para reconducir la situación y al menos igualar la contienda. Delibasic sustituyó a Piti.

El cuadro vallecano buscó el empate a la desesperada y esa decisión la aprovechó Rondón, que se valió de un desajuste de la defensa rayista (Gálvez no tiró el fuera de juego) para encarar y batir a Rubén. El venezolano se erigía como una de las grandes sensaciones del Trofeo