Un mariachi homenajea a Chavela Vargas a las puertas del hospital de Cuernavaca en el que la cantante falleció el domingo con 93 años. :: REUTERS
Sociedad

Lágrimas por Chavela Vargas en las dos orillas

México y España lloran a la cantante, cuyas cenizas se esparcirán en su refugio de Tepoztlán tras el duelo popular

MADRID. Actualizado: Guardar
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En ambas orillas del Atlántico corrieron las lágrimas por Chavela Vargas. México despidió a la intérprete de 'La llorona' o 'Macorina' con corridos, rancheras y boleros. Con mariachis y el duelo de todo un pueblo mostrándole su respeto. A este lado del océano evocaron su voz y su talento Almodóvar, Sabina, Martirio o Amaral.

Los restos de la legendaria cantante viajaron de Cuernavaca a Ciudad de México para recibir el homenaje popular en la plaza Garibaldi, en el corazón del D. F. junto a las cantinas que recorrió con José Alfredo Jiménez, Agustín Lara o Pedro Infante. Hoy su capilla ardiente estará en Palacio de Bellas Artes, el escenario donde triunfó en su segunda vida. Tras las honras fúnebres, sus cenizas se esparcirán en su refugio de Tepoztlán, a los pies del Chalchi, su rocoso monte taslimán.

Chavela se «marchó» el domingo, con 93 años y varias vidas cumplidas. La chamana «trascendió» con su poesía, su poncho rojo y el eco de su voz quebrada resonando en millones de almas del mundo hispano. «Aquí termina mi historia que comenzó de la nada, dame la mano Llorona que vengo muy lastimada», se leía en su cuenta de Twitter instantes después de su muerte. «Se fue con mucha paz; no se quejó», dijo María Cortina, amiga y biógrafa de Chavela, a las puertas del hospital donde 'la voz de México' pasó sus últimos días. Chavela Vargas «no muere, trasciende», aseguró el presidente Felipe Calderón, al lamentar la muerte de la cantante.

'Adiós volcán'

Pedro Almodóvar se despedía de su admirada Chavela con el emotivo texto titulado 'Adiós volcán' que el cineasta difundió en Facebook. Artífice de su resurrección a este lado del charco, evocó su primer encuentro y los siguientes veinte años de adioses. «Chavela hizo del abandono y la desolación una catedral en la que cabíamos todos, y de la que se salía reconciliado con los propios errores», escribió el realizador.

Para Almodóvar, Vargas revolucionó la canción mexicana al prescindir del mariachi en las rancheras. «Cambió hasta tal punto el compás original, que una canción pizpireta y bailable ('Piensa en mí') se convirtió en un fado o una nana dolorida». «Ningún ser vivo cantó con el debido desgarro al genial José Alfredo Jiménez como lo hizo Chavela», escribió Almodóvar, para quien la cantante «convertía el lamento en himno, te escupía el final a la cara». Evocó la «segunda vida» de Chavela que «encontró en España una complicidad que México le negó». Sus canciones «ganaron en dulzura» y «vivió esta noche de amor eterna y feliz con nuestro país», explicó.

«Estoy tranquila. Una noche me detendré, poco a poco, sola, y lo disfrutaré», confió Chavela al cineasta, su «esposo en este mundo», al ingresar en julio en la clínica madrileña de la que pasó a reposar en la Residencia de Estudiantes antes de regresar a su casa en Tepoztlán.

Joaquín Sabina se dolió por la pérdida de «una manera de cantar llorando, un quejío inigualable, una expresividad fuera de lo común». Chavela fue para él una «maestra en perder la voz para ganar un estilo». 'Quién pudiera reír como llora ella', tituló Sabina su adiós Chavela. Confiesa Sabina «un llanto irreparable» por su amiga y maestra. «Nunca me había sucedido», dice culpándose «por no ser capaz de llorar» la muerte de su padre.

Conocer a Chavela está «entre las más grandes cosas que me han sucedido en la vida», dice el cantante, que compuso una canción memorable cuando Chavela le confesó que vivía «en el bulevar de los sueños rotos». Para él la muerte de Chavela acaba con «una manera de cantar llorando». «Cuando cantaba, curaba, y eso hay muy poca gente que lo haga», asevera en su adiós «a la artista que más me ha influenciado».

Cree Maribel Quiñones, Martirio, que Chavela «estaba preparada para su final y cumplió muchos de sus sueños». «Vivirá siempre en nuestros oídos y corazones», dijo su acompañante en su último recital, el homenaje a García Lorca junto a Miguel Poveda. Fue una «auténtica ceremonia» para sentir «cómo se enfrentaba a sus miedos» una Chavela que «tuvo una vida maravillosa, que deja un gran legado y ha sido un ejemplo de libertad».

Para Eva Amaral, la voz «desgarradora» de Chavela «era puro rock». Le infunde «respeto y admiración» como a Julieta Venegas, Paulina Rubio, Lila Downs o Jorge Drexler.