El Gobierno británico descarta la reforma de la Cámara de los Lores
Los liberal-demócratas ven imposible cumplir una de sus promesas electorales y anuncian que se vengarán de David Cameron
LONDRES.Actualizado:El viceprimer ministro británico, Nick Clegg, anunció ayer que su partido renuncia a la reforma de la Cámara de los Lores, pero que se vengará de la falta de apoyos a su iniciativa bloqueando otra que beneficiaría electoralmente a los representantes conservadores.
Es un signo más de las tensiones en un Gobierno de coalición que vive sacudido por los malos resultados de su gestión económica pero que se enfrenta públicamente sobre cuestiones constitucionales.
Sustituir la actual Cámara alta por una más pequeña y formada por senadores elegidos mediante sufragio representaba, junto a la promesa del referéndum sobre un nuevo sistema electoral, la inclusión de ambiciones liberal-demócratas en el programa del Gobierno de coalición.
La consulta sobre el cambio de sistema electoral se saldó con una derrota y el partido de Nick Clegg se quejó entonces de la agresividad de la campaña de los seguidores del primer ministro, David Cameron.
Cuando en vísperas de la vacación parlamentaria, 91 diputados conservadores votaron en contra de una moción que presentaba el calendario de la reforma de los Lores, la suerte del proyecto de ley quedó sentenciada. Una mayoría entre los laboristas es también partidaria de cambiar la composición y el procedimiento de elección de la Cámara alta, pero se niega a votar sí a la ley del Gobierno.
Clegg reconoció ayer su derrota y dijo que su partido ha apoyado en el Parlamento leyes que son contrarias a su programa y que ahora pagará a los 'tories' con su misma moneda cuando presenten una ley que les conviene, el cambio del mapa electoral. Si se suman los votos liberal-demócratas a los de la oposición laborista, la tan querida reforma de los conservadores no verá la luz.
Cambios demográficos
Cada diputado británico es elegido en una de las 650 circunscripciones en las que se divide el país. Los contornos de esas comarcas son acordados por una comisión estatal, que trata de equilibrar los números de votantes de cada una de ellas como consecuencia de cambios demográficos. Pero la distribución actual beneficia a los laboristas, que son elegidos en áreas urbanas con menos votos que los que votan a disputados conservadores en áreas rurales.
Cameron y su partido quieren reducir el número de circunscripciones y establecer el criterio de que la diferencia de votantes no puede ser mayor que un 5%. Con áreas electorales más homogéneas los conservadores podrían tener unos veinte diputados más en la Cámara de los Comunes y podrían aspirar en las próximas elecciones a una mayoría absoluta que les permita gobernar en solitario. Esa aspiración quedó ayer en nada.