Vendetta en la piscina y un amor adictivo
Las glorias olímpicas no se escapan de ser protagonistas de la prensa sensacionalistas ya que a pesar de ser héroes, no escapan a las miserias humanas
MADRIDActualizado:Fue en 2007. El nadador italiano Luca Marin y la francesa Laure Manaudou parecían la pareja perfecta. Nadadores de elite, bellos y medallistas, su romance era tan mediático en Francia como en Italia. La nadadora marsellesa había logrado en los Juegos de Atenas 2004 tres medallas: oro en los 400 metros libres, plata en los 800 m libres y bronce, en los 100 m espalda. Y regresó a su país convertida en todo un ídolo: era la primera nadadora francesa que se hacía con un oro olímpico desde hacía 52 años. Tenía 17 años y la buena racha no la abandonó en toda competición a la que se presentaba, batiendo todas las plusmarcas. Aparecía en la televisión convertida en una estrella y las revistas se rifaban su escultural imagen. Hasta que conoció al nadador italiano Luca Marin, también olímpico en Atenas, de apenas 18 años, y se enamoró.
La francesa lo dejó todo por seguirle a Turín; abandonó a su entrenador, Philippe Lucas, y su carrera entró en una trayectoria descendente. "Perdí la ambición", explicó Laure cuando comenzó a llenar las páginas de las revistas del corazón y a desaparecer de las de la prensa deportiva. La relación entre el italiano y la francesa fue siempre tormentosa, con frecuentes discusiones en público durante los campeonatos. Ella no lograba encontrar la tranquilidad necesaria para entrenar. Pero su descenso mediático a los infiernos llegó cuando se difundieron a través de internet unas fotos y un vídeo de ella desnuda.