La calle busca derrocar Chearest

El todavía primer ministro de Quebec, Jean Chearest, tendrá difícil repetir su éxito electoral por cuarta vez. El escenario actual es bien diferente al que existía en 2008, entonces -solo veinte meses después de los comicios anteriores- volvió a llamar a los ciudadanos a las urnas para conseguir una mayoría absoluta que le permitiese hacer frente a la crisis. Desde entonces ha dominado la Cámara provincial con el 52,8% de los escaños. Pero ese acopio de poder y responsabilidades en un momento tan inestable ha provocado su desgaste y que haya perdido apoyos de forma masiva.

Sus contrarios denuncian la corrupción existente en el seno del Gobierno, que ya está siendo investigada de forma oficial. Muchos creen que su desmedido poder ha provocado que haya vivido de espaldas a la sociedad, como demostró durante las protestas universitarias de la pasada primavera. «Chearest debería pisar algo más la calle para conocer los verdaderos problemas de los quebequeses», declaró Pauline Marois durante la presentación de la plancha electoral de los independentistas.

Aun así, el todavía jefe de Gobierno se escuda en su experiencia y afirma que los votantes deben elegir ahora entre «el orden y el caos», «la estabilidad y la inestabilidad». «Creo que la decisión está clara», alardea.