Un origen que se remonta a las 'cestas' de la posguerra

La fiambrera pasa de ser un elemento circunstancial para tranquilos y apacibles días de picnics a convertirse en un elemento fundamental en la jornada de muchos trabajadores y ahora incluso los niños, en época de crisis. Esta situación no es nueva. «En la posguerra en España ya hubo niños que tuvieron que llevar sus 'cestas' con su comida al colegio», explica la doctora María del Carmen Caballero Treviño, autora del artículo 'De la cantina escolar al comedor escolar'. La experta está de acuerdo con el hecho de que se cobre por el uso del comedor en estos casos «siempre y cuando se destine a la educación alimentaria de los niños, y se aseguren unos buenos hábitos», recalca.

Por el contrario, María Isabel López Díaz-Ufano, coordinadora del grupo de nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), afirma que con este nuevo sistema «la proporción de grasas e hidratos de carbono no estaría de acuerdo a lo que nos niños necesitan».