Los mercados superan la decepción inicial y vuelven a confiar en el BCE
La prima de riesgo baja de golpe 51 puntos hasta 543 y la Bolsa rebota un 6% después de que Rajoy abra la puerta a pedir ayuda
Actualizado:Esos mercados a los que tanta atención se presta dan muestras de un alto grado de irracionalidad. Si el jueves se sumían en la desesperación al ver que el BCE no adoptaba medidas inmediatas para aliviar la tensión, ayer volvían a la euforia tras una segunda lectura del discurso de su presidente, Mario Draghi. Ahora parecen confiar ciegamente en su plan porque, después de todo, el banquero manifestó su disposición a comprar de forma 'ilimitada' bonos de los países con problemas a pesar de la oposición del Bundesbank. Eso sí, con la condición de que España e Italia pidan primero ayuda al fondo de rescate europeo y asuman exigencias sobre recortes y reformas. Este primer obstáculo no se presenta insalvable. Mariano Rajoy, que se resistía a dar el paso, abrió ayer la puerta a esta solución al igual que hizo el día anterior su homólogo italiano, Mario Monti.
La prima de riesgo, que al principio de la jornada repuntó hasta los 617 puntos, se dio la vuelta y terminó en 543 puntos. Bajó 51 puntos de golpe respecto al cierre del jueves, cuando se disparó por la decepción que en un primer momento causaron las palabras de Draghi. Este desplome responde a la caída de la rentabilidad que se exige al bono español a diez años -pasó del 7,17% al 6,85%- así como al repunte del interés del 'bund' alemán, que subió desde el 1,23% hasta el 1,42%. En Italia ocurrió exactamente lo mismo y su prima de riesgo bajó 48 puntos hasta los 463. Es un fenómeno que se repite siempre que disminuye la tensión: los inversores que se habían refugiado en la seguridad de los títulos germanos venden y compran periféricos y la diferencia entre ambos se estrecha. Justo lo que busca el BCE.
La mejora en los vencimientos a corto plazo fue todavía más deslumbrante. La rentabilidad de los bonos a dos años descendió hasta el 3,8% cuando a finales de julio estaba en el 6,9%. «Draghi explicó que tenía intención de centrar su intervención en estos tramos. Al hacerlo de esta forma, en vez de comprar títulos a diez años, mantiene el incentivo para que los gobiernos sigan haciendo reformas. Es un juego de palo y zanahoria», explica Adrián Serrano, de Norbolsa.
La Bolsa rebotó un 6%, la segunda mayor subida del año, con lo que recuperó todo lo perdido el día anterior. El Ibex-35 terminó en los 6.755 puntos, espoleado por la banca. En la misma línea, Milán sumó un 6,1%, mientras que Fráncfort y París registraron subidas del 4%.
Vista la reacción de ayer, parece que los mercados se precipitaron el jueves al evaluar el mensaje de Draghi. Ya lo advirtieron Monti y Rajoy cuando comparecieron juntos en Madrid después de conocer las decisiones del BCE, y ayer el presidente español insistió en ello al asegurar que detectaba un esperanzador cambio de actitud en el banquero italiano. Asimismo, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, indicó que la «importante decisión que tomó el BCE pudo ser entendida de manera incorrecta».
Con su defensa de Draghi, Rajoy y Monti dan a entender que asumen la solución que ofrece a la crisis a pesar de que implique hacerles pasar por el trago amargo de pedir ayuda al fondo de rescate. En ese punto el presidente del BCE se mostró inflexible y no dejó alternativa. Parece que la única salida para ambos es aceptarlo y, eso sí, tratar de limitar las exigencias e insistir en la idea de que este mecanismo no tiene nada que ver con los duros rescates integrales aplicados a Grecia, Portugal e Irlanda. Todo indica que habrá un acuerdo en septiembre, en esa reunión del día 3 que celebrará el Eurogrupo.
No se puede rechazar
Es cierto que apelar al fondo europeo entraña serios riesgos porque es un estigma y los mercados pueden dejar de financiar a España, que quedaría más cerca de un rescate integral -ya ocurrió con la ayuda a la banca-. También supone firmar un memorando con exigencias. Pero los analistas quitan hierro a ambas amenazas. Para la primera recuerdan que Draghi apuntó la posibilidad de que el BCE renuncie al carácter de acreedor privilegiado en esas compras de bonos y entonces los inversores tendrían menos miedo a seguir financiando a España. En cuanto a las condiciones macroeconómicas, afirman que lo más seguro es que no se pida más de lo ya dispuesto, y que en todo caso se apretará en los plazos para cumplir cuanto antes.
Para los expertos, la oferta de Draghi no se puede rechazar a pesar de sus inconvenientes. Como destaca José Ramón Iturriaga, socio de Abante Asesores, el presidente del BCE ofrece por primera vez una compra de bonos sin límites en la cantidad e incluso con la posibilidad de no esterilizar esas operaciones. Eso que suena tan técnico significa dar a la máquina de hacer dinero y monetarizar la deuda tal como han hecho la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. Algo que muchos expertos llevan tiempo demandando como única solución y a lo que el Bundesbank se opone de manera rotunda porque es inflacionista y perjudica a los acreedores. Quizás ahí reside el principal pero, porque cuesta creer que Draghi vaya a avanzar a espaldas de Alemania.
Pero la lectura de ayer es optimista y permite atisbar ese final del túnel al que se refería Monti. Aunque con estos volátiles mercados nunca se sabe.