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Dos judíos ultraortodoxos, en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén :: BAZ RATNER / REUTERS
MUNDO

El Ejército israelí comienza a llamar a filas a los primeros ultraortodoxos

Más de 8.500 jóvenes jaredíes podrán ser reclutados anualmente tras la abolición de una ley que les permitía librarse de la 'mili'

A. CARAZO
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Los cuarteles israelíes pronto podrán contar con reclutas ultraortodoxos en sus barracones. El privilegio que permitía a los jaredíes -la facción más devota del judaísmo- librarse del servicio militar obligatorio fue abolido ayer. A partir de ahora, el Ejército hebreo comenzará a enviar cartas de reclutamiento a los jóvenes de 16 años de este colectivo, pero todavía pueden retrasar su alistamiento hasta que cumplan la mayoría de edad y por esa razón, nadie espera que los ultrarreligiosos abarroten de forma repentina los batallones. «Las cosas seguirán como están», dijo el general Eliezer Stern.

Y es que, cada año, 8.500 jóvenes se libran de la 'mili' alegando que se dedican al estudio de la Tora (los cinco libros que recogen la ley judía) y los 'mitzvahs' (los preceptos y mandamientos de Jehová). Con la retirada de la Ley Tal -que fue tachada de «discriminatoria» por el Tribunal Constitucional en febrero-, los jaredíes no se librarán de empuñar un arma para defender al Estado de Israel, en el caso de los hombres durante tres años y en el de las mujeres durante dos.

Pero esta nueva situación traerá numerosos inconvenientes. Las fuerzas armadas tendrán que garantizar la separación entre sexos en los cuarteles, la certificación de alimentos por parte de los rabinos y la disposición de horarios que permita a los nuevos soldados la labor castrense, el rezo y el estudio de las lecturas sagradas judías. Este objetivo se prevé casi imposible y por eso el Ministerio de Defensa hebreo plantea ahora que este colectivo ocupe únicamente puestos tecnológicos y logísticos.

«El Ejército israelí no está lista, no estará listo y no quiere estar listo», aseguró el rabino Meir Porush, antiguo viceministro de Educación, quien declaró que cualquier intento de reclutar a los jaredíes desataría «una guerra civil». Y es que, pese a las concesiones planteadas por el Gobierno, los ultraortodoxos apuestan por la insumisión. Para los altos mandos militares, esto provocaría una inmediata sobreocupación de las cárceles israelíes, por lo que muchos aconsejan la aplicación de sanciones económicas a los que rechacen ir a la 'mili'.

Tras la abolición de la Ley Tal, los árabes con pasaporte israelí (que representan al 20,6% de la sociedad) también están obligados a prestar servicio sociales de forma obligatoria en su propia comunidad. Pese a permanecer en silencio hasta el momento, alegan que esta imposición «aumentará la brecha socioeconómica» ya existente entre musulmanes y judíos por la falta de infraestructuras.

El titular de Defensa israelí, Ehud Barak, encomendó el martes al Ejército la labor de confeccionar un plan para solucionar este embrollo. Aun así, puede que la situación política altere el devenir de la ley. El primer ministro Benyamin Netanyahu gobierna en coalición con seis partidos, entre los que se encuentran los ultrarreligiosos Yahadut Hatorah y Shas, y sin los cuales no podría permanecer en el poder; así que los analistas hebreos creen poco probable que legisle en contra de sus propios intereses políticos.